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Un nuevo espacio museístico El recién inaugurado Museo Municipal de Málaga refuerza notablemente el equipamiento cultural de la ciudad Escultura y pintura. Colección Aena de arte contemporáneo. Museo Municipal. Málaga. Paseo de Reding, 1. Hasta el 18 de abril de 1999. Hasta octubre de 1992 en que se abrieron al público las salas del Palacio Episcopal, gestionadas por la Consejería de Cultura, Málaga era una ciudad sin infraestructura para acoger exposiciones importantes, tanto por la calidad como por el número de piezas exhibidas. Esa bochornosa situación, inexplicable en una metrópoli regional de más de 600.000 habitantes y con una economía muy dinámica en constante crecimiento, sólo entonces puede decirse que empezó a ser verdadera y rigurosamente corregida, si bien en los años sucesivos hasta 1998 el todavía insuficiente equipamiento no sólo apenas aumentó, sino que hubimos de asistir al penoso y ofensivo espectáculo del desmantelamiento del Museo de Bellas Artes y la encastillada negativa a ceder la Aduana para uso cultural de la ciudad. Por fortuna, en el transcurso de ese año se produce un giro copernicano claramente positivo: además de confirmarse la creación del Museo Picasso, patrocinado por la Junta, anunciar el Consistorio un ambicioso proyecto de Centro de Arte Contemporáneo en el antiguo Mercado de Mayoristas e iniciar la Universidad la rehabilitación de la anterior sede de Correos en el Paseo del Parque, finalizan las obras de rehabilitación de la Casa Natal de Picasso, propiedad del Ayuntamiento, se abre la sala Alameda dependiente de la Diputación y se termina el nuevo centro cultural de este último organismo en la calle Ollerías. Ante una nómina tan abultada de proyectos seguros y realizaciones concluidas, de difícil parangón con otras urbes españolas de rango similar, resulta evidente la voluntad de compromiso con la ciudadanía de las Administraciones autonómica y local, lo que en modo alguno justifica el olvido del contencioso del Museo Provincial y la recuperación de la Aduana. Por si todo lo mencionado pudiera aún parecer insuficiente, la inauguración esta semana del flamante Museo Municipal viene todavía a incrementar más, de manera que hay que calificar de extraordinaria, esa infraestructura de la que hemos carecido secularmente. Proyectado con indudable buen gusto, óptimos materiales, exigente equipamiento técnico y acierto en la distribución de los espacios por el arquitecto Federico Orellana, dispone nada menos que de una superficie útil para exposiciones temporales de dos mil metros cuadrados y está situado en un lugar emblemático, al que respeta escrupulosamente, de gran belleza urbanística. Junto a la creación y muestra periódica de una colección propia, aspecto crucial para su credibilidad en el futuro que debe ser abordado con el máximo rigor por los expertos, el desafío inmediato será mantener una programación de altura en consonancia con tan espléndido continente. A la vista de muchas de las estupendas piezas exhibidas en esta muestra inaugural, pertenecientes a la colección de arte contemporáneo de la Fundación Aena, existen sólidas razones para pensar que así habrá de ser y que ese es el espíritu que anima a sus responsables. ©Enrique Castaños Alés Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 13 de marzo de 1999
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