Conflictos existenciales
Instalación, fotografía y vídeo. Carlos Aires y Pepo Ruiz Dorado.
Galería Javier Marín. Málaga. C/ Duquesa de Parcent, 12. Hasta el 29 de julio de 2006.
El proyecto
expositivo que en esta ocasión han compartido conjuntamente los artistas Carlos
Aires (Ronda, Málaga, 1974) y Pepo Ruiz Dorado (Puerto Real, Cádiz, 1968),
presenta como hilo conductor común la reflexión acerca de las situaciones de
conflicto vital,
escenarios
múltiples y contradictorios que lo mismo generan placer y dolor, sufrimiento y
alegría, desasosiego y esperanza. Pero el modo de abordar cada uno de ellos la
representación visual del proyecto, es radicalmente distinto, aunque también hay
que admitir que ambos comparten un mismo interés por los planteamientos
metodológicos interdisciplinares, haciendo convivir en un mismo espacio recursos
y modos de expresión muy diferentes, desde la fotografía al vídeo, la
instalación, la serigrafía o el bordado sobre tela. En síntesis, podría decirse
que mientras Carlos Aires se mueve entre la desolación y la ironía, entre la
evocación crepuscular de una cierta atmósfera romántica y la descarnada
visualización de lo real, Pepo Ruiz Dorado ofrece una visión quizás más poética,
entremezclando lo escultórico con lo pictórico y lo videográfico.
Las tres piezas fundamentales que resumen el trabajo actual de Carlos Aires son una fotografía nocturna de un paisaje, realizada con un tiempo de exposición extraordinariamente largo, que confiere unos tonos dorados a la imagen, evocadora de un romanticismo nórdico a lo Friedrich; una instalación compuesta por unos cien retratos en blanco y negro de diferentes tamaños de personajes de la actualidad internacional, controvertido fresco irónico del espectáculo ilusorio de la realidad; y un vídeo titulado Cataratas, en el que la imagen resulta completamente desenfocada y borrosa, metafórica alusión a la degradación de la condición humana, ya que esa sucesión de imágenes se refieren a acontecimientos crueles de nuestro tiempo.
También Pepo Ruiz Dorado presenta tres piezas esenciales. Una de ellas está compuesta de unas cajas cuyas tapas impregnadas de abundante cera hacen alusión a la muerte y al fin de toda vida; otra, Juego de construcción, está formada por cubos geométricos y piezas de distintos tamaños de goma espuma forrada de tela bordada y serigrafiada, indicativas del desorden y del reino del caos; la tercera, sin duda la más interesante, Viento de levante, es una fascinante escultura-instalación con forma de habitáculo, de diminuta casa alargada rectangular con tejado a dos aguas, sobre cuya pared de fondo de tela se proyectan unas imágenes que expresan tensiones y desequilibrios vitales.
© Enrique Castaños Alés
Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 7 de julio de 2006