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Pintura pintada Pintura y objetos. Alfredo Alcaín. Galería Alfredo Viñas. Málaga. C/ José Denis Belgrano, 19. Hasta el 5 de noviembre de 2002.
Aunque a quienes gustan de
simplificar en exceso las ideas pudiera parecerles extraño, decía el gran
historiador formalista Henri Focillon, a propósito de la escultura románica,
que siempre en ella, como en general en toda la historia de las formas hasta la
abstracción, había que tener muy en cuenta y prestar gran atención al tema.
Pero incluso la red de las combinaciones abstractas no es puramente conceptual,
pues el arte no puede definirse de forma absoluta ni por la imitación ni por la
abstracción. Resultan
oportunas tales consideraciones al contemplar la obra última del refinado,
elegante y en buena medida heterodoxo pintor pop Alfredo Alcaín (Madrid, 1936),
un artista que hasta hace muy poco llevó a cabo una sutil, lúcida y exquisita
interpretación personal del bodegón cubista, uno de los temas capitales de la
vanguardia heroica del primer tercio del siglo veinte. Como inclinado a seguir
el decurso de la línea, insertaba Alcaín el bodegón, ese tema tan español,
en una delicada trama de líneas rectas y curvas que a veces ofrecían la imagen
de un laberinto, paráfrasis de la dificultad intrínseca del arte de la
pintura. Lienzos llenos de cultura y sabiduría pictórica, pero también irónicos
y como trasluciendo un inmenso placer en el trabajo realizado. Los
bodegones, ahora, han desaparecido prácticamente o han desaparecido por
completo, quedando una trama delicadísima, hecha a lo sumo con dos o tres
colores, que pone de manifiesto sin ninguna petulancia un profundo conocimiento
de los avatares de la forma, desde los dibujos abstractos grabados en los
bloques de granito de ciertos túmulos y los entrelazados del arte irlandés y
nortumbro, hasta algunas composiciones de Frank Stella. La exposición incluye dos objetos que serían suficientes para mostrar el selecto gusto estético de Alcaín: un homenaje a Zurbarán hecho sólo con dos pequeños recipientes cuyo contenido resume todo el arte de la pintura, y una construcción multicolor que también puede leerse como un guiño a esa actitud tan característica de la vanguardia de aprovechar cualquier objeto de la realidad. © Enrique Castaños Alés Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 28 de octubre de 2002
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