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Formas paradójicas Escultura y cerámica. Agustín Ruiz de Almodóvar. Galería Arte y Diseño. Málaga. C/ Afligidos, 3. Hasta el 1 de diciembre de 2005. Formado entre 1975 y 1981 en la Escuela de Artes Aplicadas de Granada y con un extenso currículum que le ha llevado incluso a participar en talleres de investigación cerámica en Japón junto al maestro Roiji Koie, Agustín Ruiz de Almodóvar va a realizar hasta 1975 una obra centrada en piezas de torno cocidas a bajas temperaturas, descubriendo ese mismo año las pastas refractarias, que le van a abrir un gran número de posibilidades. Aunque usa también la piedra, la madera y el hierro, sus esculturas están hechas principalmente de distintos tipos de barro a los que añade perlita, óxidos, tintas y esmaltes, fabricando él personalmente cada pieza de barro y obteniendo los distintos colores que se aprecian. Las diferenciadas texturas de sus piezas, así como la rica gama cromática que los envuelve, son sus signos distintivos. Pero a Ruiz de Almodóvar le gustan las paradojas, y de ahí que algunas de sus esculturas, aparentemente ligeras, cuando se cogen son pesadas, porque por dentro están llenas de plomo, o bien otras que parecen pesadas son en realidad ligeras, porque por dentro están totalmente huecas. Su obra, plagada de referencias arquitectónicas que se remiten hasta los monumentos megalíticos, se ha ceñido hasta ahora en puertas, ventanas, muros y paredes, jugando con los conceptos de hueco y de vacío y reflexionando acerca de aquello que nos une o nos separa. Por eso sus ventanas son macizas, sus puertas están cerradas, sus vidrieras son opacas, sus muros están agrietados o sus paredes son traspasables, para que adquiramos conciencia de nuestro yo pero también del relativismo de nuestras ideas. © Enrique Castaños Alés Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 11 de noviembre de 2005
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