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Vocaciones paralelas Una selección de la obra pictórica de varios arquitectos españoles contemporáneos. Pintura. Gerardo Delgado, Equipo 57, Sigfrido Martín Begué, Juan Navarro Baldeweg, José Ramón Sierra y Juan Suárez. Colegio de Arquitectos de Málaga. Paseo de las Palmeras del Limonar, s/n. Hasta el 3 de junio de 1998. Aun cuando lo pretendiese, cosa difícil de averiguar por la misma confusa ambigüedad con la que ha sido planteada, esta exposición no podría ilustrar una hipotética correspondencia o complementariedad entre la actividad arquitectónica y pictórica de los autores presentes en ella, ni, todavía menos, servir de ejemplo en relación a una pretendida, y a mi juicio casi inexistente, unidad de las artes en el periodo que llamamos contemporáneo. De entre ellos, todos arquitectos de profesión, muy heterogéneos y con una evolución personal, inclusive aquellos casos donde puede hablarse de temporal confluencia de intereses o convergencia de propuestas, crecientemente individualizada, sólo Juan Navarro Baldeweg (Santander, 1939) ofrece una trayectoria arquitectónica, sólida y abundante en edificios construidos, no ya equiparable, sino, al menos desde mi punto de vista, incluso más original y estéticamente valiosa que su asimismo conocida faceta de artista plástico, de la que, además de la escultura y las instalaciones, sobresale especialmente la pintura, gozosa, placentera, sensual, decorativa y de cautivadoras armonías cromáticas plenas de resonancias matissianas. Las mejores piezas de José Ramón Sierra Delgado (Olivares, Sevilla, 1945), quien también tiene una producción arquitectónica estimable y suficientemente conocida en círculos especializados, son las que, con un marcado carácter experimental y donde se introducen elementos procedentes de la abstracción y del informalismo, le convirtieron (al lado, entre otros, de G. Delgado y J. Suárez) en uno de los principales impulsores de la renovación plástica que se produjo en Sevilla a partir de mediados los sesenta, derivando su obra actual por itinerarios equívocos plagados de referencias oportunistas y carentes de concepto. Los nombres de Juan Cuenca Montilla y Juan Serrano Muñoz (Córdoba, 1930 y 1929 respectivamente), miembros fundadores del Equipo 57 (junto a los pintores Agustín Ibarrola, Ángel Duarte y José Duarte, a los que se unió posteriormente el danés T. Hansen), con una obra arquitectónica más restringida, si bien igualmente digna, aparecen casi exclusivamente vinculados a ese mítico grupo experimental, fuertemente influido por el gran escultor vasco Jorge de Oteiza y con unos objetivos centrados básicamente en la ejecución de una obra colectiva e impersonal, preocupada en el análisis de las relaciones espaciales a partir de colores planos y del juego entre formas cóncavo-convexas, en la redacción de densos textos teóricos, en la realización de trabajos destinados al ámbito de la arquitectura y el diseño y en la más amplia difusión social posible de la obra artística. En cuanto a Gerardo Delgado (Olivares, Sevilla, 1942), Juan Suárez (Cádiz, 1946) y Sigfrido Martín Begué (Madrid, 1959), los tres están acreditados en los ambientes artísticos como pintores, siendo prácticamente nula su obra arquitectónica proyectada y construida. El Delgado de los noventa es rabiosamente ecléctico, Suárez está interesado sobre todo en la materia, el color intenso y el gesto, y Martín Begué muestra su entusiasmo por el dibujo, los símbolos y la cita culta e irónica. ©Enrique Castaños Alés Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 30 de mayo de 1998
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