Juego
de lenguaje cromático
El
pintor onubense Tomás García Asensio muestra sus últimos trabajos centrados
en combinaciones de colores puros
Pintura.
Tomás García Asensio.
Centro
Cultural Provincial. Málaga. C/ Ollerías, s/n. Hasta el 31 de mayo de 1999.
Desde el comienzo de su trayectoria a
mediados de los sesenta, en la obra de Tomás García Asensio (Huelva, 1940)
confluyen, con indudable originalidad y sometidas siempre a un proceso de
investigación y reflexión personal, dos corrientes fundamentales de la creación
artística contemporánea: de un lado, la corriente normativa, cuya más
elaborada formulación la encontramos en los movimientos suprematista y
constructivista de la vanguardia histórica rusa y en la abstracción geométrica
pura del neoplasticismo holandés; de otro, esa fructífera línea de indagación
en torno al color que, aunque con resultados distintos, permite conectar la
experiencia estética científica del divisionismo, los trabajos de algunos
miembros de la Bauhaus y la frialdad cromática objetiva de la abstracción
postpictórica. De hecho, la orientación artística de García Asensio en pos
de una síntesis ideal de ambas tradiciones ya se encontraba bastante perfilada
cuando participa, durante los años 1968-70 y junto a Alexanco, Asins,
Barbadillo, Gómez Perales, Sempere e Yturralde, en esa renovadora experiencia
que fue el seminario de Forma Plástica del Centro de Cálculo de la Universidad
Complutense de Madrid, primer intento español en explorar las posibilidades de
la computadora en el campo de la plástica que, en el caso de García Asensio,
se decantó desde el principio por el estudio de las combinaciones cromáticas.
Pero, sobre todo, la experiencia cibernética madrileña supondría una rara
oportunidad de poner de nuevo en relación dos mundos transitoriamente
separados, el lógico y racional de la ciencia y el tradicionalmente considerado
mucho más subjetivo e irracional de la creación artística, comprobando de
paso que la comunicación e interdependencia de ambos es bastante más estrecha
de lo que habitualmente se piensa.
La presente
exposición profundiza con extraordinario rigor, pero también con un saludable
espíritu lúdico, en ese análisis de las combinaciones cromáticas que ha sido
la preocupación estética primordial de García Asensio, si bien hace ya mucho
tiempo que el autor no recurre al auxilio de la máquina para sus
investigaciones. Apoyándose en las consideraciones metodológicas establecidas
por Wittgenstein sobre los juegos de lenguaje, García Asensio ha realizado una
compleja serie de estructuras cromáticas integrada por 64 combinaciones
expresadas en 36 figuras (las por él llamadas Pinturas
exentas, esto es, pinturas que parecen esculturas) a partir del léxico de 6
colores que contiene el círculo cromático de Goethe. Junto a ella se exhibe
otra serie de cuadros en los que las formas espaciales geométricas resultan
subsidiarias de las cromáticas. En ambos casos se trata de composiciones «irrepresentativas»
que, al no representar nada, constituyen una realidad en sí que sólo se
representa a sí misma, esto es, una realidad
real y objetiva. También nos hablan del carácter cognoscitivo que en sí
posee el arte y de la viabilidad de una propuesta artística racional en modo
alguno desprovista de emoción estética.
©Enrique
Castaños Alés
Publicado
originalmente en el diario Sur de Málaga el 29 de mayo de 1999