El refugio de la conciencia

Pintura. Alfredo Bikondoa.

Galería Cartel. Málaga. C/ Cortina del Muelle, 5. Hasta el 21 de enero de 2008.

Como toda obra incardinada dentro de la tradición del informalismo europeo, de honda raíz subjetivista, la producción de Alfredo Uno de los cuadros de Alfredo BikondoaBikondoa (San Sebastián, 1942) mantiene una acerada tensión entre dos extremos: el carácter físico y material del cuadro, lo que le otorga al tiempo su autonomía plástica y su potencia expresiva, y, por otro lado, su dimensión espiritual, el deseo de traspasar ciertos límites, de trascender la propia realidad tangible del plano pictórico y elevarse hacia la «realidad última». El propio Bikondoa lo ha manifestado meridianamente: «Sólo pinto por una razón, para desarrollar la conciencia que ha de relacionarse con la realidad última».

Esta pintura mineral, que en cierto modo evoca también el paso del tiempo, ofrece, sin embargo, a contracorriente del caos informalista al uso, una tibia ordenación geométrica, en el fondo una vocación de orden que se relaciona con el orden del mundo, del cosmos. Registros de la transformación de la materia, las obras de Bikondoa tienen por lo general un color apagado que las vincula a los colores de la tierra en que se desarrolla su trabajo. Pero también hay otras obras exaltadas, con abundancia de rojo, azul y amarillo, referencias al magma incandescente y al cielo, a una naturaleza que se resiste a ser dominada. En ellas las texturas son maravillosas, transparentándose la tabla, humana y cálida. Bikondoa es un pintor que busca lo esencial en la transfiguración de la materia.

© Enrique Castaños Alés

Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 4 de enero de 2008