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Elogio de la geometría Grabado. José Manuel Cabra de Luna. Museo del Grabado Español Contemporáneo. C/ Hospital Bazán, s/n. Marbella. Hasta el 24 de noviembre de 2001. José
Manuel Cabra de Luna (Málaga, 1949), de la que el Museo del Grabado de Marbella
expone ahora 43 piezas realizadas entre 1997-2000, se caracteriza ante todo por
su minimalismo y sencillez geométrica, por la alegría cromática y el empleo
de los colores planos, por el cuidado con que están trabajadas las planchas y
por el esmero y pulcritud con que ha sido llevado a cabo el proceso de estampación.
Coleccionista exquisito de obra gráfica contemporánea, Cabra de Luna posee un
conocimiento de primera mano, gracias a su incesante recorrido por talleres,
galerías, museos y ferias internacionales, de autores y técnicas de un arte
que goza de plena autonomía y al que le es consustancial el atributo de la
particularidad. Por lo que se refiere a su propio trabajo, las primeras series que se exhiben, todas ellas serigrafías (Gemma, Nevada, Ágata, Canetti, Sonia, Interior), se distinguen por la división del espacio en celdillas rectangulares en las que a su vez se trazan figuras geométricas elementales, en muchas ocasiones con forma de letras, casi siempre con vivos colores de raigambre matissiana. Ello es especialmente visible en la festiva serie en homenaje a Sonia Delaunay, cuyos infantiles dibujos recuerdan figuras recortables de papel. La estilización, la austeridad y la simplicidad lineal se extreman en Hokusai, que como su nombre indica es un tributo de admiración a la obra de ese extraordinario pintor y grabador japonés que influyó notablemente en los impresionistas franceses y cuyas vistas del Fujiyama, recreadas ahora por Cabra de Luna, son imperecederas. Más libres de concepto, más dinámicas y divertidas resultan ser las piezas de la serie Morandi, lectura muy personal de la producción más vibrante y de tonos más encendidos, pero también de aquellas formas que responden a reglas compositivas de orden geométrico, del incorpóreo y metafísico pintor italiano. Asimismo fiel al espíritu del ordo geometricus es la serie Spinoza, organizada alrededor de un centro que parece simbolizar la idea del filósofo holandés de que la verdad del pensamiento reside en el pensamiento mismo y que el ser de todo consiste en la necesidad absoluta de un proceso matemático. Por el contrario, Haiku y las otras que se le asemejan, es una serie inspirada directamente en los principios del budismo zen, obras elementales, sutiles y elegantes que están en relación con la pretensión del zen de comunicar la esencia y el espíritu del budismo sin recurrir a las palabras, al razonamiento y al desarrollo discursivo, potenciando, por el contrario, la actitud contemplativa. Las últimas series constituyen un homenaje al Giotto más arquitecto que pintor, esto es, al autor del célebre campanario de la catedral de Florencia, así como al empirismo lógico de Wittgenstein y a esa figura solitaria y aislada dentro del panorama intelectual de nuestro tiempo que es Heidegger. ©Enrique Castaños Alés Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 19 de noviembre de 2001
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