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Evocaciones y añoranzas Pintura y dibujo. Ángel Luis Calvo Capa. Taller Gravura. Málaga. C/ Coronel, 3. Hasta el 16 de abril de 2003. Desde
su última exposición individual, en diciembre de 1996, Ángel Luis Calvo Capa
(Málaga, 1949), que es un pintor de producción lenta y reposada, ha continuado
internándose en itinerarios espirituales y estéticos parecidos, aunque dejando
ahora más a un lado aquella nota irónica e incluso humorística que solía
estar presente en muchas de sus composiciones. Reivindicación de la memoria
arquitectónica y paisajística más vinculada a nuestra biografía, sentimiento
de melancolía por ciertos edificios en ruinas o seriamente amenazados de ser
destruidos, añoranza por lo irremediablemente perdido, Calvo Capa homenajea en
estas obras no sólo un territorio geográfico cercano que se convierte en un
trasunto de su experiencia interior, sino también a ciertos autores contemporáneos
con los que se siente en deuda. Aquí
hay veladas referencias al pop, al fotorrealismo, al surrealismo y a la pintura
metafísica. A diferencia de los impresionistas, Calvo Capa no está interesado
en capturar la fugacidad y transitoriedad de lo real, sino en dejar constancia
precisa del objeto de su interés, al que representa con amorosidad y detalle,
como si de este modo conjurara su deterioro o posible destrucción, preservándolo
para siempre en la memoria. Es lo
que hace, por ejemplo, en una de sus trabajadas acuarelas, Fábrica de
cemento, de la que primero realiza el dibujo a lápiz, en sucesivas
sesiones, seis o siete, y siempre a la misma hora, para evitar un cambio
sustancial de la luz; a continuación, y durante unas diez u once sesiones,
respetando de nuevo la hora, pinta la acuarela, también delante del motivo. Los cuadros, en cambio, están hechos con óleo alquídico, esto es, un tipo de óleo en cuya composición interviene una resina de poliéster derivada del petróleo cuyo tiempo de secado depende de la cantidad de aceite que se le agregue. La ventaja respecto al óleo es la mayor rapidez de secado y, al menos en teoría, una mayor transparencia y luminosidad, aunque es verdad que seca más despacio que el acrílico. En Calvo Capa, no obstante, el efecto sigue siendo preferentemente mate y poco luminoso. Sin embargo, es ese no aprovechar las posibilidades que se le suponen a esa técnica, lo que concede esa atmósfera melancólica a estos óleos, como en ese que homenajea tanto a De Chirico como el amenazado silo del puerto de Málaga.
© Enrique Castaños Alés Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 7 de abril de 2003
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