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Imágenes de mujer La pintora Cristina Cañamero expone una galería de iconos femeninos deudores del pop y rebosantes de ironía Pintura. Cristina Cañamero. Galería Alfredo Viñas. Málaga. C/ José Denis Belgrano, 19. Hasta el 20 de julio de 1999.
Al igual que otras mujeres artistas de su generación o de la inmediatamente anterior con las que ha sido numerosas veces relacionada —Chelo Matesanz, Idoia Montón o Marina Núñez—, probablemente sea la ironía, desde su primera exposición individual, hace ahora apenas un lustro, el rasgo más distintivo de la obra de Cristina Cañamero (Campillos, Málaga, 1970), una ironía desenfadada y provocadora, incluso irreverente, deudora de la estética pop, si bien menos en la estela de las composiciones, pongamos por caso, de un Mike Kelley, más tangible en algunas de las autoras arriba mencionadas, que en la ofrecida por los sonrientes retratos femeninos de Alex Katz, influidos, pero también, paradójicamente, en las antípodas del cartelismo publicitario. De manera similar a lo que ocurre ante los realistas iconos del pintor neoyorkino, el aparente efecto de cartel de cine que en principio puede producir la serie de cuadros con imágenes de mujer que ahora nos presenta Cañamero, se desvanece a medida que prestamos atención a los detalles y al vocabulario de su pintura, apoyada por un nítido y preciso dibujo y resuelta a base de grandes áreas de color plano con predominio de los azules, rojos y negros. En cuanto a los temas elegidos, como ella misma se ha encargado de matizar en alguno de sus breves pero clarividentes escritos, manifiestan, por encima del deseo de establecer y construir una identidad propia, del interés en disolver las fronteras establecidas entre lo masculino y lo femenino o realizar un ejercicio de deconstrucción del pensamiento occidental, una turbadora seducción por la geografía del cuerpo, las emociones y los contenidos autobiográficos, territorios bastante más cercanos a una mirada femenina que a la que suele caracterizar a un emasculado feminismo radical. Imágenes de mujeres, paralelamente, que, junto a la deuda general contraída con la estética pop, nos revelan una desconcertante simbología preñada de alusiones y guiños al discurso artístico de la época clásica, desde el renacimiento italiano hasta el paisaje barroco holandés, o, en clave española, desde El Greco hasta Zurbarán. Modelos de pasarela anoréxicas, unas veces con la cabeza nimbada, cual si se tratase de santas en éxtasis de la era del consumo y la alienación publicitaria, otras con una herida en el costado y rodeadas de un día luminoso que remite de manera ambigua a la Resurrección, indolentes y vampiresas figuras, sin señal alguna de sufrimiento y portadoras de un arrebatador erotismo, martirizadas a lo San Sebastián, jóvenes que nos perturban con su compañía surreal de insectos y pilosas vegetaciones, la singular galería de personajes femeninos de Cristina Cañamero explora con humor y desinhibida ironía, a contracorriente de la sexualidad reprimida y rancio escolasticismo de cierta prédica feminista, algunos de los aspectos más íntimos y menos tranquilizadores de la condición de la mujer en este timorato y conservador fin de siglo.
©Enrique Castaños Alés Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 3 de julio de 1999
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