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Nuria Carrasco recrea la realidad cotidiana Instalación. Nuria Carrasco. Centro de Arte Contemporáneo. Málaga. C/ Alemania, s/n. Hasta el 30 de abril de 2005. La singular muestra que Nuria Carrasco (Ronda, 1962) ofrece en el CAC Málaga, donde no le acompaña el espacio disponible, ya que en esa zona los objetos aparecen dispersos y poco organizados, gira en torno a una casa, un territorio metafórico que la autora inserta y ubica en lugares muy distintos del planeta, desde el interior de la selva y el fondo del mar hasta el ámbito de una sala de exposiciones o la arena de una playa congestionada de bañistas. Esa casa es una vivienda muy frágil, construida con tiras de papel y de seda, lo que facilita el que pueda exhibirse suspendida del techo, atravesada por el ambiente. Nuria parece trasladarse ella misma al situar la casa en latitudes muy distantes geográficamente, y en su caso, no es sólo lo que dice su amigo el artista sevillano Federico Guzmán, que su obra recrea y transforma la realidad cotidiana con las herramientas de la imaginación, sino que ese trasiego está simbolizando nuestra condición nómada, el desplazamiento al que muchos seres humanos se ven impelidos, la emigración o el exilio interior. Otra idea latente en la instalación es la de que hacemos nuestra la casa en la que habitamos un cierto tiempo, calentándola con el contacto humano, con las conversaciones, con la presencia de los familiares y de los amigos. Nuria desconfía del poder, de la autoridad, de quienes invaden nuestra intimidad aduciendo cualquier pretexto. Ese peligro, esa potencial violación de los derechos individuales también está implícitamente presente en la exposición. De ahí una posible interpretación al título de la instalación, El patio de mi casa no es particular, esto es, la amenaza creciente a la uniformidad, al gregarismo, la pérdida de la propia identidad. El segundo contenido complementario de la muestra está representado por un vídeo que narra las peripecias de la artista arriesgándose a llamar a las puertas de numerosas viviendas particulares y preguntar nada más abrir: ¿quién eres? La reacción de los inquilinos es recogida por una cámara digital, una reacción, curiosamente, en absoluto airada, sino tranquila, educada, incluso con un gran sentido del humor. Aquí Nuria Carrasco hace prospección psicosociológica. Le interesa la reacción de la gente ante un imprevisto, ante un absurdo. Pero de nuevo el umbral, el límite separador entre el territorio privado y el mundo externo. Nuria convierte su discurso en una experiencia existencial y en una sátira social. Quizás la razón de tanto proceder complaciente provenga de creer que esa cámara colocada delante de la puerta del piso o de la casa pertenece a una cadena de televisión. Nuria analiza, pues, las falsas ilusiones de unas existencias mediatizadas. © Enrique Castaños Alés Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 18 de febrero de 2005
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