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Memorias de Ítaca Once artistas rinden homenaje al poeta Constandinos Cavafis Pintura e instalaciones. Colectiva. Galería Alfredo Viñas. Málaga. C/ José Denis Belgrano, 19. Hasta el 23 de febrero de 1999.
En mayor proporción que cualquier otro aspecto, el prestigio alcanzado por una galería de arte descansa en la excelencia de las obras que periódicamente exhibe, en la fidelidad de su programa a una determinada sensibilidad estética y en el rigor con que organiza sus exposiciones. Si evoco tales requisitos a propósito de la muestra que puede estos días contemplarse en Alfredo Viñas, es porque me ha parecido un instructivo epítome de la trayectoria desarrollada hasta ahora por un espacio que en tan sólo seis años ha conseguido un merecido crédito entre los que en Andalucía defienden propuestas vinculadas a los lenguajes contemporáneos. En primer término, porque en ella están representados un buen número de artistas con los que habitualmente trabaja la galería, que desde su apertura en mayo de 1993 ha orientado sus preferencias hacia una pintura figurativa de carácter simbólico y entendida como un ejercicio de recuperación de la memoria artística y autobiográfica, aunque desde hace un par de temporadas también se observa un progresivo acceso a la abstracción lírica y el conceptualismo. En segundo lugar, porque, a diferencia de la precipitada irreflexión con que a veces acometen las galerías la organización de muestras colectivas, convirtiéndolas en insubstanciales rellenos de temporada donde se ofrece una amalgama de piezas heterogéneas e inconexas, el espectador se sitúa en esta circunstancia ante un conjunto diverso pero articulado con solidez en torno a un argumento propuesto por el responsable de la sala a los participantes: el exquisito legado del poeta griego nacido en Alejandría Constandinos Cavafis (1863-1933). Contrariamente a lo que suele ocurrir cuando se hace esta clase de proposiciones, a saber, obviar el tema y dejarlo reducido a un mero pretexto sin reflejo alguno en la exposición, los once artistas seleccionados han leído con atención y meditado desde la propia subjetividad sobre la obra poética extraordinariamente culta de Cavafis, atravesada de referencias a la Grecia clásica, llena de sensualidad y preocupada siempre por la belleza, pero donde también late ese sentimiento trágico y de vacío interior, esa expresión de la complejidad de los sentimientos humanos propia de un carácter escéptico e individualista como era el del autor de Ítaca. Entre las
obras que mejor resumen el espíritu de la muestra, deben mencionarse un espléndido
óleo de Carlos Durán compuesto por varias escenas distribuidas por la
superficie del lienzo, alusivas a un viaje del pintor por Grecia y donde los
sucesivos periodos del tiempo real en que transcurre el periplo terminan
coincidiendo con el tiempo interior del artista; un cuadro de tendencia
conceptual de José María Báez, cuyo homenaje al poeta estriba en la propia
grafía del texto que hay escrito, y dos piezas de resonancias matissianas
rebosantes de plasticidad de María Gómez, en la línea de su actual celebración
del territorio ritual del libro y de la lectura.
©Enrique Castaños Alés Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 13 de febrero de 1999
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