Una
muestra
imprescindible
Selección
de obras de los ochenta y noventa de la colección de arte contemporáneo de
la Fundación "la Caixa".
Pintura
y escultura. Colección de la Fundación "la
Caixa".
Palacio
Episcopal. Málaga. Plaza del Obispo, s/n. Hasta el 30 de abril de 2000.
Una de las principales ventajas de las
grandes colecciones de arte es que son susceptibles de múltiples recorridos,
desde el más tradicional que contempla la exhibición del conjunto o una parte
de los fondos ordenados desde un punto de vista cronológico o temático, hasta
propuestas de lecturas yuxtapuestas o entrecruzadas o bien visiones
fragmentarias monográficas para ilustrar un periodo determinado. Esta última
opción vuelve a ser la elegida de nuevo por la Fundación “la Caixa” para
mostrar por segunda vez en Málaga una parte de su riquísima colección de arte
contemporáneo, ya que si hace dos años nos ofreció una magnífica selección
centrada en los autores del informalismo español vinculados al grupo El Paso,
ahora presenta un no menos extraordinario conjunto de obras de artistas españoles
y extranjeros, principalmente pintores, producidas en los ochenta y noventa, sin
duda el apartado más nutrido y destacado de la colección.
Nada mejor
para confirmarlo, en primer lugar, que la nómina de pintores de nuestro país
representados, todos ellos con obras emblemáticas de sus respectivas
trayectorias individuales: Barceló, Broto, Campano, Gerardo Delgado, García
Sevilla, López Cuenca, Elena del Rivero, Sicilia, Ignacio Tovar, Ugalde y Uslé.
Ante la imposibilidad de detenerme en cada uno de ellos, me inclino por subrayar
el decisivo Mapa de carne (1982) de Barceló, de aspecto zoomórfico y
realizado con una apabullante diversidad de materiales y técnicas; las piezas
de García Sevilla, un pintor dotado de una asombrosa capacidad para reciclar y
regurgitar todo tipo de imágenes, siempre con un tono polémico y provocador, y
los cuadros de los noventa de Uslé, en los que nada está dejado al azar, de
pincelada majestuosa y cuya superficie semeja ser una piel muy sensual, de un
enorme poder de seducción.
Entre los
autores adscritos a las tendencias expresionistas y a la pintura pura,
sobresalen un soberbio Basquiat, el artista trágico, producto del mestizaje y
con una formidable sensibilidad caligráfica; Penck, cuya representación esquemática
se aleja del objeto que crea la ilusión de lo real, fundando un mundo complejo
lleno de signos que remiten a aspectos del comportamiento humano; A. Oehlen y
Kirkeby, el primero influenciado por Polke y con un compromiso resuelto con la
pintura, y el segundo ofrendando motivos interiores que transforman los
exteriores proporcionados por la naturaleza. De otro lado, junto a pintores como
el simulacionista McCollum, el ecléctico Lasker y el suntuoso Bernard Frize,
hay también obras de Tim Rollins & K.O.S., Haim Steinbach y Peter Halley,
conocidos sobre todo en España a raíz de la exposición que con el título El
arte y su doble fue comisariada en 1987 por Dan Cameron en la sede madrileña
de “la Caixa”.
Mención
especial merece la escultura, donde, además de E. Lootz, S. Solano, R. Long y
del citado Steinbach, sobresalen dos sólidos nombres de la nueva escultura británica,
Deacon, quien seculariza el tono enfático y cerrado de la tradición
constructivista y minimal, y Cragg, con un hacer que se acerca al povera
por su fragmentaria composición a partir de detritos urbanos.
©Enrique
Castaños Alés
Publicado
originalmente en el diario Sur de Málaga el 8 de abril de 2000