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Antonio Conde Ayala homenajea el cubismo Pintura. Antonio Conde Ayala. Galería Cartel. Málaga. C/ Cortina el Muelle, 5. Hasta el 30 de noviembre de 2004. Sabido es, como ha expresado con un conocimiento crítico inalcanzable Giulio Carlo Argan, que en la pintura de Juan Gris el espacio se define a partir de los objetos, de manera que el cuadro se centra en la relación directa entre objeto y espacio, un espacio plano y sin profundidad. Por su parte, Fernand Léger, desde que se unió al cubismo se interesó más por la mecánica interna del cuadro que por el resultado de la investigación cognoscitiva, esto es, que su preocupación se centró más en Delaunay que en Picasso o en Braque, resultando a la postre su exaltación de la civilización de la máquina una falsa monumentalidad. A ambos autores, especialmente a sus cuadros de bodegones, homenajea Antonio Conde Ayala (Archidona, Málaga, 1955) en esta exposición individual con la que, además, inaugura un nuevo espacio la galería Cartel. Los óleos y acrílicos de Conde Ayala, de líneas y contornos precisos, con un claro regusto por el dibujo y muy pulcros, revelan al pintor realista de hasta no hace mucho tiempo, que a veces surge de manera innecesaria en medio de sus actuales composiciones, como cuando pinta de manera detallada y relamida un ramo de rosas rojas o algún que otro objeto disperso. El cuadro en su conjunto se resiente de ello, aunque rápidamente queda redimido por su vivo cromatismo de colores planos, por su efecto decorativo, su amplio repertorio de objetos cubistas, desde la botella y los naipes, hasta el violín o el paquete de tabaco, por su desenfadada ironía, que entre nosotros recuerda sin duda las obras de José María Córdoba y un cierto periodo de la producción de Diego Santos. En el fondo, Conde Ayala rinde homenaje a buena parte de la pintura del siglo pasado, desde el cubismo y el surrealismo hasta el hiperrealismo y el pop, e incluso el informalismo, como puede advertirse en su gran lienzo Gato mirando un paisaje, de modo que sus cuadros también pudieran leerse como agradables catálogos estilísticos, rabiosamente eclécticos. © Enrique Castaños Alés Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 19 de noviembre de 2004
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