Una genealogía de la modernidad

Pintura. José María Córdoba.

Casa de la Cultura. Fuengirola. Hasta el 6 de febrero de 1999.

José María Córdoba. "El arquitecto y los jugadores de dominó", 1997. Óleo sobre lienzo. 162 x 130 cms.El interés de José María Córdoba (Córdoba, 1950) en la reflexión y estrategia deconstruccionista de la posmodernidad aplicada al arte de la pintura se inicia en 1995. Esta individual de obra reciente viene a confirmar la continuidad de una investigación en la que, a partir de los textos fundacionales de Derrida y Lyotard, el autor muestra su rechazo a la metáfora de la línea recta y del progreso unidireccional en las artes, a la interpretación unívoca y excluyente de las obras del pasado, para situarse espiritualmente, como muy bien ha precisado Simón Marchán a propósito de cierta actitud posmoderna, en un territorio fronterizo y mestizo, en una retícula que entrelaza estrategias formales dispares y cuyo objetivo, más que la negación de lo moderno, es propiciar su reconstrucción genealógica desde unas bases inclusivistas y no logocéntricas. Ante el desahucio de lo moderno que algunos voceros proclaman maniquea o apocalípticamente, José María Córdoba parece atender a la hermosa metáfora de Nietzsche que nos recuerda Marchán: «El sol ya se ha puesto, pero el cielo de nuestra vida es calentado e iluminado todavía por él».

De ahí las alusiones a algunos de los ismos más conspicuos de la vanguardia histórica en los cuadros de Córdoba, en especial el cubismo, el futurismo y el suprematismo (de hecho, por gran parte de la exposición planea el fantasma de Malevich, quien, en un caso sin precedentes, sometió su propia obra a un proceso de revisión tan delirante que llegó incluso a alterar la fecha de ejecución de numerosas pinturas), aunque también el fauvismo y el surrealismo, todos los cuales conviven simultáneamente en el lienzo con estilos del siglo XIX o de otras épocas anteriores, en un juego de interrelaciones, fragmentación, descentralización y descontextualización del discurso donde también advertimos una jugosa y saludable nota irónica acompañada de una velada, en unos casos, o explícita, en otros, crítica social y política.

©Enrique Castaños Alés

Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 1 de febrero de 1999