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La intimidad con la naturaleza Escultura, dibujo y objetos. María Xosé Díaz. Genius loci. Las márgenes del arroyo. Casa Fuerte de Bezmiliana. Rincón de la Victoria (Málaga). Avda. del Mediterráneo, s/nº. Hasta el 23 de octubre de 2011.
Formada en la Facultad de Bellas Artes de Barcelona y con una amplia y prestigiosa trayectoria, María Xosé Díaz (Catoira, Pontevedra, 1949) ha escogido para su primera exposición individual en Málaga obras que la definen muy exactamente, tanto desde el punto de vista de los materiales empleados como desde una perspectiva simbólica y poética, próxima a una relación intimista con la naturaleza. Conocedora de las principales técnicas y lenguajes de la neovanguardia, María Xosé Díaz lo mismo recurre a ciertas aproximaciones al assemblage, que nos ofrece planteamientos en los que late la poética de Piero Manzoni con el uso del blanco de sus célebres Ácromos, o bien se deja seducir por la poética del objeto con ligerísimas influencias de los Nuevos Realistas, especialmente Arman. Pero todo esto que decimos es en el fondo bastante inexacto y demasiado cercano a la obsesión de la crítica por clasificar y buscar influencias a los artistas. La obra de María Xosé Díaz es extraordinariamente personal, y quizás los únicos de los artistas contemporáneos con quienes sí presenta claras semejanzas es con el artista austriaco-español Adolfo Schlosser, por lo que se refiere al empleo de ramas y pequeños troncos de árboles, colocados incluso en las esquinas de la sala de exposiciones, como solía hacer Schlosser, y Paloma Navares, por el uso de hojas y, sobre todo, por la delicadeza y el sentimiento profundamente subjetivo en el empleo de los materiales de la naturaleza. Como vemos, María Xosé Díaz usa abundantemente hojas, ramas, troncos, cañas, escayola, conchas marinas, cristales, pero tampoco renuncia a un tipo de propuesta más tradicional, como es su obra sobre papel, sus aerografías hechas con tinta en las que la poética, sin ser abstracta, sí ofrece reminiscencias informalistas. Una de sus obras más logradas es Un mar de follas (Un mar de hojas), donde las hojas están encerradas herméticamente en un cubo de gruesos cristales, pero, a diferencia de las célebres Cóleras o Furias de Arman, en las que destrozaba objetos de la vida cotidiana, especialmente instrumentos musicales, y encerraba los trozos en cajas de cristal, María Xosé, en cambio, dispone las hojas adheridas al transparente cristal, como dando a entender que la naturaleza, aunque, por supuesto, el hombre no tiene más remedio que dominarla y domesticarla, no debe estar excesivamente constreñida, tiene que mantenerse en relativa libertad. Otra de sus piezas más logradas es S.O.S. Japón, un conjunto ovalado de ramas y espinos entre los que se esconden palomitas blancas de papel y que probablemente aluda al último desastre nuclear en el país del sol naciente. Las escayolas, en cambio, con sus entrelazados de cañas y superposición de hojas, son sus obras más matéricas, y, en algunos casos, más gestuales, abstractas e informalistas. Contrastan visiblemente con esa sutileza de las hojas desparramadas en el suelo o de pequeñas ramas, frágiles y humildes, semiescondidas en algunas esquinas de la sala. En definitiva, una producción muy personal y plena de sensibilidad. © Enrique Castaños Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 1 de octubre de 2011
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