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Mitologías neomodernas Repaso a la obra de los noventa del versátil y ecléctico artista soriano Dis Berlin Pintura y escultura. Dis Berlin. Colegio de Arquitectos de Málaga. Paseo de las Palmeras del Limonar, s/n. Hasta el 7 de abril de 2000. En una conversación con Quico Rivas publicada hace casi dos años, al poco de clausurarse la brillante muestra que le dedicó el IVAM, decía Dis Berlin (Ciria, Soria, 1959), sin afectación, pero queriendo que se tomasen en serio sus palabras, que estaba por creer que el arte tiene un punto de trascendente. Quizás podría parecer paradójica o contradictoria semejante opinión en un artista que, desde sus comienzos a principios de los ochenta, se ha caracterizado siempre por un lenguaje irónico y rabiosamente ecléctico, pero lo cierto es que la calculada distancia en que reposa el primero se funda en una defensa individual contra la hostilidad del mundo, al tiempo que su eclecticismo es la lógica consecuencia del estado en que se encuentra la producción artística a finales de un siglo tan lujurioso en la invención de nuevas formas que obliga cuanto menos a disponer de un tiempo razonable para digerirlas sin precipitación. Expresionismo, surrealismo, constructivismo y abstracción geométrica son sin duda los movimientos de la vanguardia histórica en los que más intensamente ha buceado Dis Berlin, sin temor alguno a que el espectador disponga de toda la información necesaria para saber cuáles han sido sus fuentes nutricias. Junto a éstas se hallan también su pasión por los contenidos simbólicos, las referencias a la filosofía del lejano oriente y el uso de imágenes que remiten directamente al lenguaje del cómic y del arte underground. Sin embargo, el resultado es una sofisticada pintura cuyos códigos narrativos llevan la marca de un estilo personal del que emanan melancolía y misterio, cual si tras las imágenes se ocultasen arcanos o un mapa cifrado de la mente. La exposición del Colegio de
Arquitectos de Málaga reúne cerca de treinta piezas cuidadosamente
seleccionadas de entre su producción de los años noventa, con una especial
atención a la escultura y a algunos objetos de cerámica, criterio acertado por
cuanto convierte la presentación pública del artista en nuestra ciudad en una
pequeña antología muy de agradecer. Los cuadros, de ejecución limpia y
perfecto dibujo, constituyen no sólo un catálogo exhaustivo de sus
preferencias estéticas, desde Kandinsky hasta Klee o Mondrian (en este último
caso, homenajeado en el propio formato y disposición del cuadro sobre la
pared), sino una completa geografía espiritual de sus obsesiones, desde los
mandalas y figuras de la religión hindú hasta los iconos de antiguas leyendas,
tratados en esta ocasión con una estética muy al gusto simbolista. Pero es en
el apartado de las piezas de cerámica y en las esculturas donde se nos muestra
un Dis Berlin más desenfadado, libre, irónico y lleno de guiños al
espectador, las primeras mostrando cálidamente las propiedades táctiles y
sensuales de la blanda arcilla, en ocasiones pintada de óleo, y las segundas,
hechas con madera, trozos de alambre y objetos de plástico, coloreadas también
con llamativos pigmentos, bordeando los abismos del kitsch, del que Dis Berlin
logra siempre zafarse gracias al cobijo que le proporciona la estilización del
pensamiento. ©Enrique Castaños Alés Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 1 de abril de 2000
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