Conceptual tautológico

Instalación. Liam Gillick.

Centro de Arte Contemporáneo. Málaga. C/ Alemania, s/n. Hasta el 6 de noviembre de 2005.

La propuesta de instalación concebida por Liam Gillick (Aylesbury, Reino Unido, 1964) expresamente para el espacio central del CAC Málaga, podría ser incluida, a pesar de los reparos que esa clasificación presenta, dentro de lo que se ha llamado conceptual tautológico, esto es, en expresión del mayor referente de la tendencia, Joseph Kosuth, «el arte como idea como idea». Estaríamos, pues, en principio, ante una autorreflexión ensimismada sobre el concepto de arte. Pero en esta ocasión el asunto es más complejo. Describamos primero la propuesta. En el centro del mencionado espacio Liam Gillick. "McNamara motel". Instalación en el CAC Málaga. 2005. Detalle.triangular se han dispuesto dos bancos circulares de madera sin pintar sobre los que se han colocado catálogos de la muestra. En las dos grandes paredes que quedan a los lados aparecen escritos en el tipo de letra Helvetica negrita una serie de frases en inglés y en alemán, así como su traducción al español, extraídas de diferentes textos, propuestas e instalaciones de Gillick, aunque aquí en Málaga se presentan sin conexión lógica alguna. Son frases sueltas que requieren, para empezar a ser entendidas, consultar precisamente el catálogo que hay a disposición del público, un catálogo donde se incluyen diferentes escritos y fotografías de instalaciones de Gillick, y que, por tanto, permite contextualizar algunas de las citadas frases.

Esta propuesta puede ser considerada como arte conceptual porque hay un claro desplazamiento desde el objeto artístico hacia la idea, hacia la concepción, importando en cierto sentido más los procesos formativos y de constitución de la obra que la obra en sí misma realizada y terminada. Ya Duchamp, en realidad el padre de esta tendencia que atraviesa todo el arte del siglo pasado, consideraba el arte no tanto una cuestión de morfología como de función; no tanto de apariencia como de operación mental. En cuanto al carácter tautológico, ello deriva, además de la referencia a Kosuth, de la acepción del término «concepto» según Lalande, para quien el concepto remite a la acepción de la idea, entendida como objeto o acto del pensamiento, como algo abstracto, general o por lo menos susceptible de generalización.

Gillick le da, además, una gran importancia al método dialéctico, entendido como totalidad y como capaz de incrementar la autoconciencia del sujeto. Su interrogación se dirige hacia los límites de la autonomía de la producción cultural en las sociedades del capitalismo tardío. Las frases mencionadas remiten, descontextualizadas, a textos que, a su vez, reflexionan sobre la posibilidad de la utopía, o sobre la concreción de la utopía, por ejemplo en los proyectos urbanísticos, o sobre el lenguaje como significante y como significado, pero sin perder de vista la historicidad de la naturaleza humana y tratando de establecer una relación interdisciplinar entre unos textos y otros, entre unas propuestas y otras.

Consultando el libro-catálogo se nos desvelan algunas claves. Por ejemplo, descubrimos que la frase «Erasmus comió opio durante diez años» hace referencia a un hermano opiómano de Charles Darwin que deambulaba por Londres en busca de una utopía imposible. O que, de otro lado, la frase «Cuando todas las relaciones alcancen el equilibrio este edificio se desvanecerá», hace referencia al edificio del Ministerio del Interior británico. En cuanto al título, McNamara Motel, alude a una obra de Gillick instalada en 1997 en un lateral de la antigua prisión de deudores de Dublín, pero ya habrán adivinado que hay una sutil referencia al que fuera Secretario de Estado con Kennedy, como advirtiendo, en base a su experiencia en Vietnam, de las imprevisibles consecuencias del avispero iraquí. En ocasiones Gillick llega incluso a inventar palabras, como «Horseness», que aquí sí se puede traducir, y Ortega ya empleó el término, por «caballidad», esa esencia del ente caballo que Goethe viera en el friso del Partenón.

© Enrique Castaños Alés

Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 23 de septiembre de 2005