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Expresión y ornamento en Juan Gopar Pintura y escultura. Juan Gopar. Sujeto desnaturalizado. Galería Alfredo Viñas. Málaga. C/ José Denis Belgrano, 19. Hasta el 21 de octubre de 2006.
Desde hace varios años la obra de Juan Gopar (Lanzarote, 1958) hunde sus raíces en el expresionismo abstracto americano, aunque también apreciamos en él una inclinación sutil y elegante hacia el ornamento y los efectos decorativos que marcan su proximidad a Matisse, a Braque o a Picasso. Así eran, por ejemplo, sus cuadros de finales de los noventa, especialmente los acrílicos sobre papel, caracterizados por anchas bandas de color horizontales y verticales, formando a veces una tupida trama, de un intenso colorido, que se veían a su vez animadas por la estampación sobre la pintura fresca de rejillas o de celosías, sin perder nunca una sólida estructura compositiva, geométrica, casi arquitectónica. La riquísima gama cromática, con abundancia de turquesas, naranjas y verdes azulados, se enriquecía, asimismo, con zonas en las que aparecían estampados vegetales u ornamentales, pero no como collages, que es el procedimiento de otro pintor entusiasmado por ese tipo de recursos como Juan Giralt, sino pintados directamente a mano en el papel. Lo mismo se veían círculos de color, flor de lis o huellas semejantes a las digitales. En los cuadros que expone ahora por primera vez en Málaga, sin embargo, aquellos recursos decorativos han cedido en favor de las posibilidades puramente expresivas de la pintura, predominando el gesto y la mancha sobre el ornamento, así como la técnica del chorreado. Las plantillas conformadas por agujeritos siguen superponiéndose a la superficie y multiplicando los planos expresivos y la potencia plástica de la composición. Pero donde el afán de experimentación y de innovación de Juan Gopar llega a sus cotas más elevadas es en sus objetos escultóricos, estrechamente relacionados con sus cuadros, pues también en ellos usa el óleo, el acrílico, la madera y el cartón, soportes habituales estos últimos de sus pinturas. El principal rasgo distintivo de estos objetos rebosantes de plasticidad y de pasión por la pintura, es su disposición y configuración arquitectónica, remitiendo a plantas de edificios de la tradición clásica y del Movimiento Moderno. Realizados, como decimos, con materiales de desecho, frágiles y reaprovechados, Gopar rinde en ellos un encendido homenaje a ciertas plantas arquitectónicas, como por ejemplo en uno de los más hermosos y atractivos, que inevitablemente nos recuerda la compleja e irregular planta del Erecteion de Atenas, resultado de una suma de santuarios antiguos concentrados en un mismo lugar. Objetos para ser vistos desde diversos ángulos, en ellos las propiedades consustanciales a la pintura y a la escultura se funden en unas piezas plenas de sentido volumétrico, plástico y pictórico. © Enrique Castaños Alés Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 13 de octubre de 2006
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