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Entre la máscara y el inconsciente Pintura, grabado y fotografía. Luis Gordillo. Gacma. Málaga. C/ Fidias, 48-50. Hasta el 14 de noviembre de 2007. A través de esta muestra, especialmente gracias a las fotografías, pueden desvelarse algunas claves del proceso de trabajo de la obra de Luis Gordillo (Sevilla, 1934), un pintor que siempre ha estado muy atento a las pulsiones del inconsciente y para el que la realidad, como ha tenido ocasión de manifestar en varias ocasiones, es una sucesión de enmascaramientos y ocultaciones, de tal modo que resulta complicado distinguir entre la verdadera realidad y su suplantación. De hecho, para Gordillo, incluso esa realidad aparente, virtual, doble, mediática, es también la realidad auténtica, indisociable de la material y que genera la actividad de la conciencia. Por eso no es de extrañar que los temas recurrentes de la obra de Gordillo, desde hace muchos años, en rigor casi desde el principio de su carrera, hayan sido el tema del doble y la máscara, el sueño y la alteración de la realidad, la repetición y la redundancia. En el fondo, se trata de los trasvases desde las profundidades del inconsciente hasta la superficie de la conciencia. El pintor mismo ha dicho en más de una declaración que su medio natural es un medio acuático, esto es, fluido, como de vasos comunicantes, donde un nivel de pensamiento, por ejemplo el más embrionario o vegetativo, se relaciona con el nivel más desarrollado, de tal manera que en esa posición intermedia, mesomorfa, se situaría su pintura. Pintura, no lo olvidemos, con apariencia orgánica, elemental, como de tejidos celulares, intracorporales, unas formas perforadas que también hablan de la fina membrana que separa el inconsciente colectivo de Jung y la importancia del yo. De todos los autores psicoanalíticos, con el que más deudas tiene contraídas probablemente sea con Lacan, de igual modo que su pintura se remonta genealógicamente a ese automatismo psíquico, gráfico, de André Masson, y no al surrealismo atómico de Dalí. La obra de Gordillo nos reconcilia con los orígenes de la pintura, al mismo tiempo que nos ofrece una genealogía del psiquismo del artista. © Enrique Castaños Alés Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 26 de octubre de 2007
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