|
Gráfica contemporánea Exhaustivo recorrido por el grabado de la segunda mitad del siglo veinte a través de casi dos centenares de piezas Grabado. Colección de gráfica de la Fundación Picasso. Museo Municipal. Málaga. Paseo de Reding, 1. Hasta el 20 de junio. Hace escasas semanas dábamos cuenta desde estas mismas páginas de la reciente compra por la Fundación Picasso de Málaga de los 2250 grabados, pertenecientes a unos 250 artistas, que integran la colección completa de obra gráfica editada por La Polígrafa de Barcelona, un magnífico conjunto que, sumado a las algo más de 600 piezas de obra gráfica de que ya disponía el organismo autónomo municipal y a las también algo más de 3000 que constituyen los fondos del Museo del Grabado Español Contemporáneo de Marbella, ha convertido a nuestra provincia en una de las españolas con mayor peso específico en ese capítulo tan destacado de la creación plástica de nuestro siglo como es el arte de la estampa. Una nobilísima actividad, aprovecho aquí para recordarlo, en la que Málaga ha brillado con luz propia, según pone de manifiesto la nada despreciable nómina de los más significativos talleres de grabado, algunos de ellos ya desaparecidos, fundados en los cuatro últimos decenios: el de Guillermo Silva, El Pesebre, Gibralfaro, 7/10, Gravura, el de Perry Oliver en Nerja y el que dirige José María Córdoba en Fuengirola, sin olvidar la atención dedicada a la edición y divulgación de obra gráfica por el Colectivo Palmo, cuyo taller de grabado estuvo dirigido por Jorge Lindell (al hilo de esta digresión sobre la modesta pero digna contribución de Málaga al arte contemporáneo de la estampa, debo confesar mi sorpresa al constatar la ausencia en la muestra, no sé si por carecer de grabados suyos entre los fondos de la institución organizadora, por criterio de selección o por simple descuido, de alguna obra de Lindell, quizá el autor malagueño que de manera más original y con mayor vocación experimental ha explorado las posibilidades de esa técnica desde unos presupuestos estéticos informalistas, y de Óscar Luis Pérez Ocaña, una figura solitaria e independiente surgida a principios de los noventa que, desde el desnudo rigor de la abstracción pura, a pesar de su juventud, lleva ofrecidos los que acaso sean los mejores ejemplos, por su grado de sutileza y sabiduría técnica, del arte del grabado entre los artistas de su generación en Andalucía). Pero ni ésas ni otras ausencias que hasta cierto punto resulta demasiado fácil señalar en una exposición de estas características, así como tampoco el evidente abigarramiento y excesivo número de obras exhibidas, pueden ensombrecer el elevado tono general y la extraordinaria calidad de muchas de ellas, procedentes en su mayoría de la colección recién adquirida, aunque también se han incluido algunas existentes con anterioridad en los fondos de la Fundación Picasso. Prestigiosos artistas vinculados a las más influyentes tendencias estilísticas de la segunda mitad del siglo trazan, en tal sentido, un deslumbrante itinerario en el que sobresalen, entre otras, las obras realizadas por Bacon, Appel, Arman, Christo, Cucchi, José Luis Cuevas, Equipo Realidad, Guayasamín, Lam, Miró, Plensa, Larry Rivers, Saura, Segal, Vedova y Zao Wou-Ki. A tenor de estos y otros ejemplos que podrían aducirse, no cabe duda que estamos ante una oportunidad que ningún buen aficionado debería dejar pasar. ©Enrique Castaños Alés Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 12 de junio de 1999
|