Diversidad de poéticas

 

ENRIQUE  CASTAÑOS  ALÉS 

 

La conmemoración del XXV aniversario de la fundación del Taller Gravura de Málaga, creado por José Faría y dirigido desde 1981 por el pintor y grabador Paco Aguilar, ha hecho posible reunir en esta carpeta otras tantas obras pertenecientes a los más destacados artistas que trabajan en la ciudad. Debido a la innegable diversidad de sus respectivas poéticas, es necesario tratar a cada uno de ellos por separado.

Asentada en una sólida tectónica compositiva, la estampa de Paco Aguilar (Málaga, 1959), realizada en un estilo casi minimalista, divide el espacio en dos amplias zonas vacías, separadas horizontalmente por volúmenes y estructuras arquitectónicas planas y de baja altura que contrastan con aislados elementos verticales. Los tonos grises unifican el conjunto.

Con este simple motivo de unas barcas quietas sobre la superficie del agua en un ambiente nocturno, Rafael Alvarado (Málaga, 1957) da muestras de su inclinación íntima hacia la ensoñación romántica, transida casi siempre en él de un fervor apasionado por la naturaleza, a la que se acerca con un espíritu casi panteísta. El uniforme tono negro-azulado resulta decisivo para otorgar unidad y coherencia a la composición.

Ana Bellido (Cádiz, 1966) realiza una de sus sutiles caligrafías en las que se sumerge en el pasado remoto de antiguas civilizaciones, concretamente la china, pues no en balde el color sobre el que imprimen los signos de escritura es el rojo, un color que en el Extremo Oriente evoca de manera general el calor, la intensidad, la acción y la pasión. Pero también es el color de la vida y de la belleza, ambas muy presentes en la poética de la autora.

Christian Bozon (Lons Le Saunier, Francia, 1969) ha demostrado suficientemente su pericia técnica y sugerente mundo poético, enaltecido por la luz y el color, como puede comprobarse en este grabado hecho con aguatinta y barniz blando, empleando varias planchas, algunas, como suele ser habitual en él, recicladas de trabajos anteriores, lo que explica esa miríada de rayas, signos y líneas que animan la composición.

El grabado que presenta en esta ocasión Enrique Brinkmann (Málaga, 1938) resulta bien representativo de su actual estilo, ingrávido e incorpóreo, abstracto y elemental, produciendo una amplia y clara sensación de atmósfera, de espacio que lo inunda todo. Los puntos y los signos parecen la grafía de un alfabeto secreto, de un código indescifrable, sin duda relacionado con la costumbre del artista de emplear hojas impresas con palabras en braille.

Caracterizada por su minimalismo y sencillez geométrica, por la alegría cromática y el empleo de los colores planos, por el cuidado con que están trabajadas las planchas y por el esmero y pulcritud con que ha sido llevado a cabo el proceso de estampación, la obra gráfica de José Manuel Cabra de Luna (Málaga, 1949) es deudora del constructivismo y del neoplasticismo, aunque tampoco es ajena a los lenguajes de la neovanguardia.

Si hay un signo distintivo en la obra de José María Córdoba (Córdoba, 1950), ése es sin duda su inclinación a reinterpretar desde claves actuales la pintura del pasado, casi siempre con un tono irónico y con guiños cómplices al papel que corresponde a la pintura en el sistema cultural de Occidente. Uno de sus temas más recurrentes ha sido el de la comedia dell’arte, aunque en esta ocasión prefiere más directamente el tema del antifaz y de la máscara, al fin y al cabo algo también muy relacionado con el mundo del teatro, es decir, con la distinción entre la realidad y la apariencia. La llama encendida quizás represente la verdad.

José Faría. Punta seca y aguatinta, 2006. Cobre (2). 230 x 170 mm. (Representa un retrato de Paco Aguilar).Vinculado a un cierto tipo de figuración que ha tenido fortuna en el extenso campo de la ilustración de libros infantiles, la obra de Antonio Diazdel (Málaga, 1954) se caracteriza por su ensoñación poética, su suavidad en el decir y su tono ecléctico en el que conjuga el interés por la estética de las culturas primitivas con la expresión plástica de los niños.

José Faría (Portugal, 1940) ofrece en este grabado sobradas muestras de su dominio técnico y de su capacidad para modelar el volumen de la figura, en este caso la cabeza del grabador Paco Aguilar, un formidable retrato en el que ha captado con gran agudeza la psicología del personaje y los rasgos fisonómicos del rostro. Especialmente conseguida está la valoración de las luces y de las sombras.

En la producción de José Ganfornina (Málaga, 1955), bien se trate de sus pinturas, sus dibujos o sus grabados, pues todos ellos los lleva a cabo con el mismo concepto e idea artística, conviven simultáneamente el espíritu racional y la observación minuciosa de la naturaleza con la atracción del abismo, esto último sin duda de procedencia romántica. En esta estampa parece hacer su particular homenaje al gran pintor y grabador Hokusai.

Uno de los motivos más recurrentes del arte de Jorge Lindell (Málaga, 1930) son las formas elementales, recordando torpes dibujos infantiles, como en este sencillo grabado dominado por líneas que parecen trazadas por un artífice poco diestro, pero donde laten esa sinceridad primitiva y auténtica que tanto agradaba a Paul Klee.

El mundo figurativo de Chema Lumbreras (Málaga, 1957), en el que suelen aparecer ratones, ranas, héroes del cómic y personajes anónimos diminutos, en realidad hombrecillos de los cuentos infantiles, está íntimamente relacionado con los recuerdos, sobre todo los de la infancia, pero tratándolos de modo que esa evocación, a la que tampoco es ajena la estética del cine y de la historieta, reflexiona de manera paradójica e irónica acerca de las tribulaciones del presente. Como indica su grabado, hay que tener destreza para mantener el equilibrio sobre la tensa cuerda de la vida.

En la obra de Sebastián Navas (Málaga, 1959) son frecuentes los caminos rectos e interminables y la soledad de sus personajes, como este de Debajo de tus pies, el cual parece caminar mientras su cerebro piensa intensamente, tanto que la cabeza se disuelve en una especie de ignición humeante, poniendo al mismo tiempo en comunicación el mundo de «aquí abajo» con el de arriba, más abstracto e ideal.

Interesado desde hace más de una década en la depuración abstracta y esencial de la forma, Perry Oliver (Filadelfia, 1941) mantiene una indiscutible trabazón en su obra pictórica, escultórica y gráfica, dotándola de una unidad en la que los motivos abstracto-geométricos y los colores grisáceos dominan todo el esquema compositivo. En este sentido, una de sus señas de identidad es la introducción de un elemento curvo, generalmente una semicircunferencia, proporcionando así un ritmo más ágil y dinámico al cuadro, aunque en el caso de la escultura tiene mucho que ver con la oquedad y el vacío del espacio.

Las obsesiones y los fantasmas interiores habitan por completo, inundándolo todo, en la pintura de Francisco Peinado (Málaga, 1941), un autor estrechamente relacionado con el expresionismo, el surrealismo y la figuración fantástica, pero en cuya obra se muestra sobre todo el fluir, compulsivo unas veces, sereno otras, del inconsciente, también a intervalos o de manera cíclica exteriorizado de modo oscuro o luminoso.

Con su grabado Mare Nostrum vuelve Óscar Pérez (Córdoba, 1968) a uno de sus temas y colores predilectos, el mar y el azul, interpretados como una mancha densa y oscura, atravesada en diagonal casi de un extremo al otro de la composición, alrededor de la cual parece estar suspendida la espuma de las olas rompiendo en la orilla. Artista de exquisita sensibilidad abstracta, Óscar Pérez representa siempre la traducción interior de un motivo, en este caso la visión íntima de la naturaleza entendida como manifestación del concepto estético de lo sublime.

Asimismo influenciado por el surrealismo y el dadaísmo, Stefan von Reiswitz (Munich, 1931) realiza una poética que no es ajena a un marcado sentido del humor, cáustico e inteligente, que lo mismo arremete contra lo clásico que contra lo establecido y políticamente correcto. Quién sabe si estos tres personajes femeninos, orondos y opulentos, enfrascados en una animada conversación, no representan la particular visión del artista alemán del tema clásico de las Tres Gracias, por supuesto que convenientemente desprovistos de cualquier seriedad y aspecto grave.

En este grabado Javier Roz (Plasencia, 1975) ha optado por un tratamiento de la imagen figurativa que le interesa últimamente, en concreto la representación de la figura en los extremos del cuadro, una de frente y otra de perfil, deliberadamente cortada, y dejando un inmenso espacio blanco y vacío entre ambas. El modo de abordar la obra plástica de Javier Roz es dialéctico, queriendo decir con ello que le gustan los contrastes, las contraposiciones, los opuestos, los cuales se resolverán o no en una realidad superior. En este caso, la linealidad filamentosa del dibujo frente a la blancura del papel.

El rectángulo de este grabado de Dámaso Ruano (Tetuán, 1938) parece una ventana o una puerta abierta a un paisaje infinito, ese añorado paisaje norteafricano de su juventud, desértico y luminoso, presintiendo siempre la cercanía del mar, el contacto de la civilización, sutilmente representada aquí por los elementos geométricos, producto humano, frente a esas manchas informes e irregulares, símbolo del caos natural.

Mundo intimista y privado, unas veces soñador y apacible, otras desgarrado por el dolor y el sufrimiento, la poética figurativa de María José Vargas Machuca (Málaga, 1949), en cualquiera de las técnicas que emplea, quiere desvelar un contacto secreto con el ser, con los objetos cotidianos y con los sentimientos, dejando al mismo tiempo constancia de una plasticidad y un modelado de la forma que certifica sus múltiples intereses.

 

*     *     *     *     *

 

Diversity of poetic arts

 

The commemoration of 25th anniversary of the foundation of the Gravura Workshop in Malaga, created by José Faría and managed from 1981 by the painter and engraver Paco Aguilar, has made possible to gather in this folder other so many works belonging to the most outstanding artists who work in the city. Due to the undeniable diversity of their respective poetic arts, it is necessary to consider each one of them separately.

Settled in a solid tectonic composite, the stamp of Paco Aguilar (Malaga, 1959), made in an almost minimalist style, divides the space in two ample empty areas,  horizontally separated by volumes and flat architectonic structures and of low height that contrast with isolated vertical elements. The gray tones unify the set.

With this simple motive of still boats on the surface of the water in a nocturnal atmosphere, Rafael Alvarado (Malaga, 1957) gives samples of his intimate inclination towards the romantic daydream, overcome almost always in him by an enthusiastic fervor for nature, to which he approaches with an almost pantheist spirit. The uniform black-bluish tone turns out decisive to grant unit and coherence to the composition.

Ana Bellido (Cadiz, 1966) makes one of her subtle calligraphies in which she submerges in the remote past of ancient civilizations, in particular the Chinese one, because not in vain the colour on which they print the writing signs is the red one, a colour that in the Far East evokes in a general way the heat, the intensity, the action and the passion. But it is also the colour of life and beauty, both very present in the poetic art of the authoress.

Christian Bozon (Lons Him Saunier, France, 1969) has demonstrated sufficiently his technical skill and his suggestive poetic world, ennobled by light and colour, as it can be seen in this engraving made with aquatint and soft varnish, using several plates, some, as it is usual in him, recycled of previous works, which explains that myriad of rays, signs and lines which animate the composition.

The engraving that Enrique Brinkmann (Malaga, 1938) displays on this occasion is well representative of his current, weightless and incorporeal, abstract and elementary style, producing an ample and clear atmosphere sensation, of space that floods everything. The points and the signs seem the graph of a secret alphabet, of an indecipherable code, undoubtedly related to the habit of the artist of using sheets printed with words in braille.

Characterized by its minimalism and geometric simplicity, the chromatic joy and the use of the flat colours, by the care with which the plates are worked and by the care and neatness with which the stamping process has been carried out, the graphical work of Jose Manuel Cabra de Luna (Malaga, 1949) is indebted of the constructivism and the neoplasticism, although it is not either unaware of the languages of the neovanguard.

If there is a distinguishing sign in the work of Jose Maria Cordoba (Cordoba, 1950), that one is without a doubt his inclination to re-interpret from present keys the painting of the past, almost always with an ironic tone and with insinuating winks to the role that corresponds to the painting in the cultural system of the Western world. One of his most recurrent subjects has been the one of the comedy dell'arte, although in this occasion he more directly prefers the subject of the mask, after all something also very related to the world of the theatre, that is to say, with the distinction between the reality and the appearance. Perhaps the ignited flame represents the truth.

Linked to a certain type of figuration that has had success in the extensive field of the infantile book illustration, the work of Antonio Diazdel (Malaga, 1954) is characterized by its poetic daydream, its gentleness in expressing and its eclectic tone in which it conjugates the interest by the aesthetics of the primitive cultures with the plastic expression of the children.

José Faría (Portugal, 1940) offers in this engraving exceeded samples of his technical ability and his capacity to model the volume of the figure, in this case the head of the engraver Paco Aguilar, a formidable picture in which he has caught with great sharpness the psychology of the personage and the physiognomical characteristics of the face. Especially obtained there is the valuation of the lights and the shades.

 In the production of José Ganfornina (Malaga, 1955), whether it is about his paintings, his drawings or his engravings, since all of them are carried out with the same concept and artistic idea, there simultaneously coexist the rational spirit and the meticulous observation of nature with the attraction of the abyss, the above mentioned undoubtedly of romantic origin. In this stamp he seems to make his particular tribute to the great painter and engraver Hokusai.

Among the most recurrent motives of the art of Jorge Lindell (Malaga, 1930) we have to mention the elementary forms, remembering clumsy infantile drawings, as in this simple engraving dominated by lines that seem drawn up by a little skilful creator, but where that primitive and authentic sincerity that so much pleased Paul Klee beats.

The figurative world of Chema Lumbreras (Malaga, 1957), where there usually appears tiny mice, frogs, heroes of comic and anonymous personages, in fact little men of fairytales, is intimately related to the memories, mainly those of the childhood, but treating them so that this evocation, to which the aesthetics of the cinema and the comic strip is not alien either, reflects in a paradoxical and ironic way about the ordeals of the present. As his engraving indicates, it is necessary to have skillfulness to maintain the balance on the tense cord of life.

In the work of Sebastián Navas (Malaga, 1959) we frequently find the straight and interminable ways and the solitude of his personages, like this of Underneath your feet, who seems to walk while his brain thinks intensely, so much that the head is dissolved in a kind of smoky ignition, putting at the same time in communication the world of “here below” with the one of above, more abstract and ideal.

Interested for more than one decade in the abstract and essential purification of the form, Perry Oliver (Philadelphia, 1941) maintains an unquestionable tie in his pictorial, sculptural and graphic work, providing it with a unity in which the abstract-geometric motive and the grayish colours dominate the whole composite scheme. In this sense, one of his signs of identity is the introduction of a curved element, generally a semicircumference, providing therefore a more agile and dynamic rhythm to the picture, although in the case of the sculpture it has much to do with the cavity and the emptiness of the space.

The obsessions and the interior bogeys live completely, flooding everything, in the painting of Francisco Peinado (Malaga, 1941), an author closely related to the expresionism, the surrealism and the fantastic figuration, but in whose work we can especially see the flowing, compulsive sometimes, calm others, of the unconscious, also at intervals or in a cyclical way expressed in a dark or luminous way.

With his engraving Mare Nostrum Óscar Pérez (Córdoba, 1968) returns to one of his subjects and favourite colours, the sea and the blue, interpreted as a dense and dark spot, crossed in diagonal almost from an end to the other of the composition, around which it seems to be suspended the foam of the waves breaking in the shore. Artist of exquisite abstract sensitivity, Oscar Perez always represents the inner translation of a motive, in this case the intimate vision of nature understood as manifestation of the aesthetic concept of the sublime thing. 

Also influenced by the surrealism and the Dadaism, Stefan von Reiswitz (Munich, 1931) makes a poetic art which is not alien to a marked sense of humor, caustic and intelligent, which attacks against both the classic thing and the established and politically correct thing. Who knows if these three feminine, smug and opulent personages, absorbed in an animated conversation, represent the particular vision of the German artist of the classic subject of The Three Graces, surely suitably devoid of any seriousness and solemn aspect.

In this engraving Javier Roz (Plasencia, 1975) has opted for a treatment of the figurative image that interests him lately, in particular the representation of the figure in the ends of the picture, a full-face one and the other of profile, deliberately cut, and leaving an immense white and empty space between both. The way to approach the plastic work of Javier Roz is dialectic, meaning with it that he likes the contrasts, the oppositions, the opposed ones, which will be solved or not in a higher reality. In this case, the filamentous linearity of the drawing as opposed to the whiteness of the paper.

The rectangle of this engraving of Dámaso Ruano (Tetuán, 1938) seems a window or a door open to an infinite landscape, that longed for North African landscape of his youth, desert and luminous, having always a feeling of the proximity of the sea, the contact of the civilization, subtly represented here by the geometric elements, human product, opposite to those formless and irregular spots, symbol of the natural chaos.

Intimist and private world, sometimes dreamy and gentle, others torn by the pain and the suffering, the figurative poetic art of María José Vargas Machuca (Malaga, 1949), in any of the techniques that she uses, she wants to reveal a secret contact with the being, with the daily objects and with the feelings, leaving at the same time record of a plasticity and a modeling of the form that shows her multiple interests.  

Traducción de José María Valverde Zambrana

 

Texto de presentación de la carpeta de grabados conmemorativa del XXV aniversario del taller Gravura de Málaga. Septiembre de 2006.

También se encuentra publicado en el catálogo de la muestra que, a tal efecto, organizó la Diputación de Málaga, en la sala Alameda, en la misma fecha.