La suntuosidad de la pintura

Pintura. Jason Martin. Nomad.

Centro de Arte Contemporáneo. Málaga. C/ Alemania, s/n. Hasta el 6 de abril de 2008.

Uno de los aspectos más sorprendentes de esta exposición de Jason Martin (Islas del Canal, Reino Unido, 1970) es su sentido histórico, la reinterpretación que hace del lenguaje de la pintura a partir de un memorable ejemplo del pasado. De hecho Martin se inspira para esta serie titulada Nomad en otra serie de variaciones sobre un mismo Uno de los cuadros sobre aluminio de Jason Martin. 2006. tema, en cierto modo pionera en su género, realizada por el pintor romántico alemán Caspar David Friedrich hacia 1803, en concreto una serie de vistas del cabo de Arkona, muy cerca de la isla de Rügen, en la costa báltica alemana. Friedrich, mucho antes que Monet, pinta ese paisaje, no tanto preocupado por su aspecto a diferentes horas del día, sino interesado en las diversas cargas atmosféricas que presentaba, al amanecer o al atardecer. Werner Sumowski ha supuesto que Friedrich pudo quizá seguir las indicaciones del filósofo ilustrado J. G. Sulzer, cuando se refería a que un paisajista hábil debería pintar un paisaje determinado «bajo veinte variantes diferentes de luz y cielo, pero siempre bajo el mismo punto de vista».

Pues bien, a partir de esa reflexión, Jason Martin propone una solución pictórica que al menos se distingue por tres contribuciones personales. En primer lugar, la propia contraposición entre la pintura y la dureza del soporte, generalmente aluminio, incluso entre la suntuosidad del óleo y del gel acrílico con los que, ayudado de una gruesa brocha, barre la superficie metálica, y el formato rectangular, geométrico y puro de cada uno de los cuadros. En segundo lugar, el que, a pesar de tratarse de una obra abstracta, hay una sutil alusión a ciertos parecidos con la realidad, con la propia piel, con el cabello, con las ondas y curvas que caprichosamente dibuja la naturaleza. Por último, el juego lumínico de los reflejos que produce esta pintura, a veces casi orgánica, lujuriosa y exuberante en su propia densidad pastosa y matérica.

 

© Enrique Castaños

Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 4 de abril de 2008