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La búsqueda del artista Pintura. Juan Antonio Mañas y Brigitte Szenczi. Innovatio, Renovatio. Galería Alfredo Viñas. Málaga. C/ José Denis Belgrano, 19. Hasta el 5 de junio de 2006.
Los temas cardinales que plantean en esta exposición de obra reciente Juan Antonio Mañas (Madrid, 1946) y Brigitte Szenczi (Budapest, 1943), quienes llevan exponiendo juntos y manteniendo un fructífero diálogo en torno a la pintura desde 1975, aunque cada uno firma su obra por separado y la concibe individualmente, son la búsqueda intelectual del artista y los métodos de que se vale el pintor para construir su universo poético. Sobre la primera, la muestra ofrece un cuadro que dilucida en parte la cuestión. Se trata de Innovatio, Renovatio, un paisaje imaginario-simbólico realizado por Juan Antonio Mañas, por lo tanto ajeno a una estética realista, que está siendo contemplado por un personaje desde un promontorio. Pero lo que en realidad mira es una ciudad elevada en la que se adivinan las palabras del título, esto es, que el pintor debe considerar su propuesta como un ejercicio constante de renovación formal y plástica, como un progreso intelectual, pero, al mismo tiempo, sin perder de vista la extraordinaria herencia del pasado de la historia del arte, al que hay que volver una y otra vez, para repensarlo y reinterpretarlo. El otro cuadro que sostiene el discurso conceptual de la muestra es el titulado Los constructores, en el que significativamente aparece un autorretrato de Mañas y un retrato de Szenczi. Una construcción que semeja ser la fachada simétrica de una casa, con sus vanos y puerta de entrada, de líneas regulares y geométricas, sobre la que se disponen objetos y figuras, está situada delante de un amplio valle inundado. Frente al caos y al desorden, frente a la inundación incontrolada del intelecto del artista por conceptos estériles y hueros, el pintor debe construir su obra sobre cimientos firmes y sólidos, no dejando que el mundo de lo irracional se apodere por entero de su espíritu, pues si bien es cierto que hay que atender a la llamada de lo subjetivo, la razón y el análisis no pueden ser marginados. Esos cimientos son, en gran medida, todas las imágenes artísticas del pasado. Pero junto a la historia del arte, Juan Antonio Mañas y Brigitte Szenczi se apoyan considerablemente en el mundo de los símbolos. La simbólica como método de conocimiento. Los símbolos están desparramados por doquier en los cuadros de ambos, con significados más o menos asequibles. En Los hilos de la trama, de Szenczi, el espacio arquitectónico es un laberinto, el personaje que lleva un carrito con un ovillo es un nuevo Teseo, un artista que busca su propio destino. El ojo que corona la construcción circular es un símbolo, en este caso evidente, de la visión, pero de la visión espiritual, penetrante y profunda, del pintor. También El gran mercado del mundo, de la misma Szenczi, es una suerte de supermercado espiritual donde cada uno elige aquello que satisfaga su deseo. También hay otros lienzos que aluden al mundo hermético y casi indescifrable de los signos antiguos y olvidados, una especie de inframundo subterráneo, inundado, medio sumergido, en estado ruinoso. Es, sin duda, la descomposición de un mundo desaparecido, el que de algún modo quieren rescatar, o al menos salvar algunas de sus señas de identidad más emblemáticas, estos dos artistas comprometidos con un presente que no quiere renunciar al legado del pretérito. © Enrique Castaños Alés Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 26 de mayo de 2006
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