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Propuestas preconceptuales Selección de piezas de arte povera y minimal pertenecientes a las colecciones de la Fundación Arco y del Centro Gallego de Arte Contemporáneo Materiales diversos. Presencias del arte minimal y povera. Sala Alameda. Málaga. C/ Alameda Principal, 19. Hasta el 9 de enero de 2000. Las dieciséis obras seleccionadas para esta exposición constituyen un apretado resumen, naturalmente muy fragmentario, de las dos principales corrientes artísticas, el minimalismo y el povera, que en la segunda mitad de los sesenta rompen con la supremacía del pop más objetivista y preparan el camino hacia el conceptual. Las tres piezas que se incluyen del arte de las estructuras primarias, llamado minimalismo (minimal = mínimo) porque las diferentes formas están reducidas a estados mínimos de orden y complejidad desde una perspectiva morfológica, perceptiva y semántica, hechas por tres de sus representantes capitales, los estadounidenses C. Andre, D. Judd y Le Witt, sintetizan en conjunto muy bien las características fundamentales de la tendencia (sin duda menos claras en la obra expuesta de Mangold, un minimalista procedente de la abstracción pospictórica): repertorio material extraído de la industria, estado de máximo orden con la mínima complejidad de elementos, primacía del sentido de totalidad de la obra frente a las relaciones entre las partes, presencia de sistemas modulares, interés por la simetría, reducción significativa, despersonalización, evidencia física del objeto, experiencia corporal del espectador con la obra, relación de ésta con el espacio en que se inserta, ambiguo compromiso social e inclinación hacia la especulación de la pura forma. Rasgos que insinúan ya ciertos aspectos del arte ambiental y del conceptual, sobre todo en lo que se refiere a la actividad del espectador y a la progresiva desmaterialización del arte como objeto. También las obras exhibidas pertenecientes al povera, firmadas por G. Anselmo, Kounellis, R. Long, M. Merz, R. Serra y Tàpies, resumen notablemente las señas de identidad de esta modalidad del arte objetual que en la práctica supone una transición hacia el conceptual: uso de materiales pobres, generalmente no industriales, protagonismo del material, vocación de antiforma, «hacer visible en la realidad predada y trivial del material la transformación de su apariencia» (Marchán), acentuación del poder energético de los materiales, renuncia a la reconstitución del objeto, importancia del aspecto procesual y rechazo de la noción racionalista de arte como producto acabado, reacción antitecnológica, connotaciones simbólicas y restablecimiento de las relaciones entre el arte y la vida. Del llamado land art (en sentido amplio identificado también con las «obras de tierra» y con el arte ecológico), réplica anglosajona del povera europeo que resalta el aspecto procesual, se incluyen obras de Christo y G. Penone que ponen de relieve la dificultad de relación con el público de unas intervenciones que se apropian de la naturaleza de un modo estético; de ahí su difusión a través sobre todo de fotografías que acentúan el lado mental y alteran el contexto natural en otro metalingüístico. Por último,
merecen destacarse las piezas de Knöbel, un discípulo de Beuys que se mueve en
la abstracción neo-geo, y de A. McCollum, próximo al simulacionismo. ©Enrique Castaños Alés Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 4 de diciembre de 1999
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