La alegría de lo moderno

129 obras realizadas por el polifacético creador malagueño José Moreno Villa entre 1924 y 1936

Pintura y dibujo. José Moreno Villa.

Palacio Episcopal. Málaga. Plaza del Obispo, s/n. Hasta el 9 de mayo de 1999.

Doce años después de la magnífica retrospectiva comisariada por Juan Pérez de Ayala que le dedicó la Dirección General del Libro y Bibliotecas en 1987 con motivo del centenario de su nacimiento, en la que llegaron a reunirse 147 obras entre pinturas y dibujos, la tierra donde vio por primera vez la luz, gracias al patrocinio de la Junta de Andalucía y de Unicaja, acoge ahora esta completísima exposición asimismo de la vertiente plástica del polifacético creador José Moreno Villa (1887-1955), comisariada por uno de sus mejores conocedores en nuestro país, el historiador de arte Eugenio Carmona. Los 129 óleos y dibujos seleccionados para la ocasión, se articulan en torno a tres procedencias distintas: los importantes fondos del Museo de Málaga, de los que se exhiben 42 óleos, buena parte de los dibujos conservados en la Biblioteca Nacional, especialmente los de las series Schola Cordis y Jacinta la pelirroja, y un tercer grupo de piezas provenientes de diversas instituciones y colecciones particulares.

Poeta, ensayista, historiador, archivero, traductor, crítico y pintor, Moreno Villa, estudiante en Alemania en un momento de efervescencia de la vanguardia (1906-1909), fue persona culta y con una enorme curiosidad intelectual, formado en los principios de la Institución Libre de Enseñanza. Animador entusiasta de la madrileña Residencia de Estudiantes, su contribución fue decisiva en la introducción entre nosotros de las conquistas formales llevadas a cabo por la vanguardia heroica del periodo de entreguerras y en la configuración de lo que se ha dado en llamar el Arte Nuevo en España, cuyo arranque emblemático fue la hoy legendaria Primera Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos en el Retiro madrileño en 1925, donde participó con cuatro obras. Su amor y conocimiento del arte del pasado, en especial la pintura de los siglos XVI y XVII, se complementaban en él con un profundo interés por las formas artísticas del presente, hasta el punto de que la inmersión en éstas se halla muchas veces en la raíz de las penetrantes observaciones y originales lecturas que hace de aquél.

En cuanto a su producción artística, esta muestra confirma sobradamente que, si bien su mirada es siempre la de un poeta dotado de una exquisita sensibilidad, el dibujo y la pintura constituían para él valores plenamente autónomos. Caracterizada por su heterogeneidad y por una técnica desigual, la pintura de Moreno Villa es ante todo la de alguien muy bien informado de las principales corrientes de la vanguardia de su tiempo y la de quien acomete la tarea de pintar sin asomo alguno de prejuicios, impulsado por una necesidad íntima  de expresión. Su personal mundo poético, de una precoz modernidad en el anquilosado ambiente artístico español de los años veinte y treinta, siente una primera inclinación por la descomposición formal cubista, paradigma de la ruptura vanguardista y modelo eficaz de un necesario y disciplinado ejercicio de estructura compositiva, pero pronto mostrará sus preferencias por el simbolismo surrealista y la figuración lírica.

©Enrique Castaños Alés

Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 1 de mayo de 1999