La mirada antropológica

Fotografía. José Muñoz. Paulenca, la geografía del tiempo.

Casa Fuerte de Bezmiliana. Rincón de la Victoria (Málaga). Hasta el 26 de noviembre de 2006.

 

Realizada entre febrero y marzo de 2000, la serie de fotografías de José Muñoz (Albacete, 1967) sobre la pequeña población granadina de Paulenca, junto a Guadix, suponen una incontaminada y limpia mirada antropológica sobre un lugar por el que parece haberse Fotografía de José Muñoz de la serie dedicada a Paulenca (2000)detenido en cierto modo el tiempo, escrutando tanto sus paisajes como sus habitantes. El comportamiento del fotógrafo rememora en esta serie sobria y plena de autenticidad trabajos que se remontan a principios del siglo pasado, como las fotografías que empezó haciendo Edward S. Curtis de los indios de su región, en los Estados Unidos, quien, como recuerda Marie-Loup Sougez, terminó convirtiéndose en un especialista acerca de los indios norteamericanos. La conocida historiadora de la fotografía, cuando se presentó por primera vez esta serie de Muñoz, también evocaba, con razón, los trabajos de Lewis W. Hine  sobre la explotación infantil, los retratos de August Sander sobre los desempleados en Alemania a finales de los años veinte y las imágenes de la escena norteamericana en sus aspectos más populares de Robert-Louis Frank a mediados de los cincuenta.

Cuando José Muñoz fotografía el paisaje desolado de los alrededores de Paulenca, usa un formato apaisado, y en cierto modo nos obliga a acercarnos mucho a sus imágenes, pues su pequeño tamaño no permite contemplarlas a distancia. Son visiones donde la rugosidad de la tierra, los pliegues de las montañas y la aspereza del terreno se identifican con unos paisajes inabarcables, en los que late la idea de infinito. Hay una cierta sensibilidad «cósmica», grandiosa y abismal en la captación de esta geografía árida y desnuda, pobre y casi sin vegetación. Cuando, en cambio, José Muñoz penetra en el poblado, el formato de sus imágenes cambia, se hace más rectangular, fijando ahora la atención en los detalles, en los objetos, pero con un simbolismo no exento a veces de ambigüedad y de polisemia. Lo mismo fotografía a una niña con un par de muñecas que ejemplifican la artificialidad del consumo, que captura las ajadas manos entrecruzadas de una mujer del lugar, ofreciéndolas como un «retrato» aún más vivo que el de su oculto rostro, que nos muestra a un niño de nuevo con la cabeza fuera de la imagen, deteniéndose en la arrugada y sencilla camisa, síntesis de lo sencillo y primigenio.

© Enrique Castaños Alés

Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 17 de noviembre de 2006