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Hacer visible el sentimiento Fotografía, instalación y vídeo. Paloma Navares. Galería Isabel Hurley. Málaga. Paseo de Reding, 39. Hasta el 19 de enero de 2008. Centrada fundamentalmente en el análisis de la imagen femenina en la historia del arte y en la problemática de la mujer en la sociedad contemporánea, la obra de Paloma Navares (Burgos, 1947) se ha servido durante mucho tiempo de materiales icónicos procedentes de la tradición occidental, a los que ha sabido reinterpretar de un modo original, extrayendo siempre lecturas que los vinculaban con la actualidad. Artista multidisciplinar desde los setenta, ha trabajado con los más diversos soportes de la imagen fotográfica, aunque el elemento que probablemente más la haya distinguido hasta ahora sea la luz, asociada unas veces a las vivencias personales, a la propia memoria autobiográfica, o bien al cuerpo de otros seres, seres cuyas experiencias Paloma Navares ha compartido y ha hecho suyas en sus trabajos. En este sentido, Navares, que podría ser calificada de artista conceptual, es, asimismo, una creadora que ha hecho del cuerpo, del propio y del de los otros, centro de reflexión y análisis de sus investigaciones plásticas, que, a su vez se caracterizan por su extrema delicadeza y exquisitez, por su fragilidad, por su altísimo contenido poético, por indagar en los secretos íntimos de la existencia cotidiana. Estos trabajos que presenta ahora en Málaga, en un nuevo espacio galerístico privado comprometido con los lenguajes contemporáneos, constituyen, además, un progreso cualitativo en una de las exploraciones más queridas por la autora, aquella que establece nexos de unión entre la imagen plástica y la palabra poética, entre el arte visual y la literatura. Y lo hace recreando un tema triste pero fascinante, como casi todos los temas artísticos relacionados con la muerte y la locura: el fin trágico al que se ven muchas veces abocados los escritores, bien sea por tratarse de espíritus melancólicos, bien sea por su tendencia a la depresión o por cualquier otro rasgo de su personalidad, aunque lo cierto es que el suicidio o la inmersión definitiva en el mundo de las sombras tiene que ver con el sufrimiento, la soledad, el miedo a no poder hacer frente a la realidad, una realidad que desborda y sobrepasa a estos espíritus frágiles e inermes ante la adversidad. Aunque Navares nos habla de algunos escritores, como Stefan Zweig, sobre todo sus trabajos están dedicados a mujeres escritoras, tales como Sylvia Plath, Anne Sexton, Emily Dickinson, Virginia Woolf, Alfonsina Storni, Alejandra Pizarnik, Ana Cristina Cesar, y algunas más. Estas Dedicatorias son fotografías de flores y de cantos rodados, imágenes manipuladas a las que se les han sobreimpresionado palabras y textos poéticos, dibujos de animales y de anatomías humanas, como vestigios arqueológicos de un pasado que se remonta a las profundidades del inconsciente. Una de las piezas más bellas es una instalación, Cantos rodados, hecha con recortes de película fotográfica que cuelgan de cables de acero, una imagen transparente y opaca a la vez, como una cortina de sombras fantasmagóricas, de la extraña mezcla entre la melancolía del espíritu y la aprehensión de la belleza.
© Enrique Castaños Alés Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 14 de diciembre de 2007
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