Óscar Pérez y el "land art"

Fotografía y escultura. Óscar Pérez.

Casa Fuerte de Bezmiliana. Rincón de la Victoria (Málaga). Hasta el 5 de junio de 2005.

 

Esta exposición de Óscar Pérez (Córdoba, 1968), significativamente llamada Proyecto El Hades, enlaza de manera muy directa con su anterior individual del año pasado, Proyecto Arcadia, en la que ya se interesaba por el land art y por la fotografía, iniciando así una nueva fase de investigación Óscar Pérez. "Proyecto El Hades", 2005. Fotografía sobre papel. 156 x 106 cm.artística caracterizada por una incuestionable ruptura respecto del medio tradicional de la pintura y, aparentemente, también respecto de los temas, que hasta entonces eran exclusivamente abstractos, si bien la inspiración última se situaba en la naturaleza, con preferencia en el mar. Ahora, también encontramos una presencia del azul del mar y del cielo en las fotografías expuestas, presencia que, aunque con una intención diferente, mantiene una continuidad temática y formal con la etapa anterior.

La vinculación con el earthworks o «arte terrestre» es en esta ocasión más explícita, sobre todo con Denis Oppenheim, quien hacia 1968 cavaba fosas en la llanura, y con Michael Heizer, quien ese mismo año cavó cinco fosas o depresiones en el desierto de Black Rock, en Nevada, tomando fotografías con 365 días de intervalo y permitiendo que el clima prolongue el proceso. Pero la relación no es más estrecha porque Óscar Pérez intervenga en la naturaleza, modificándola, que no lo hace en absoluto, sino porque, al igual que algunos destacados representantes del land art, ha comprendido que la necesidad de la fotografía para dar a conocer al público unas obras realizadas en lugares alejados y remotos, o bien en lugares donde al cabo de cierto tiempo la obra terminaba desapareciendo, lleva a identificar la fotografía de la obra con la obra misma. De esta premisa parece partir Óscar Pérez, quien practica una suerte de apropiacionismo, esto es, se apropia de la naturaleza de un modo estético y artístico del mismo modo que las galerías y los museos hacían respecto de las obras del land art, al mismo tiempo que incide en la vertiente más conceptual de la tendencia, que mitiga el polo físico, de intervención terrestre, y potencia el lado mental.

Hades, cuyo nombre significa «el Invisible», en la mitología griega es el dios de los muertos, sobre los que reina de manera despiadada en los Infiernos. La tumba, desde el punto de vista simbólico, se relaciona habitualmente con la montaña, pero aquí el autor procede de modo distinto, pues se refiere a la tumba no como montículo sino como fosa. Jung relacionaba la tumba con el arquetipo femenino, con la seguridad, el nacimiento, el crecimiento y la metamorfosis del cuerpo en espíritu, pero aquí es más bien el abismo donde el ser se sume en tinieblas pasajeras e ineluctables. Con todo, a Óscar Pérez le fascina la intervención del hombre en la arena de la playa, realizando canalizaciones para el desagüe de las aguas residuales, de tal manera que a ambos lados es necesario clavar estacas de madera unas junto a otras para que la arena no termine invadiendo el arroyo artificial. Las fotografías, de una clara estética minimalista, nos ofrecen en perspectiva simétrica una visión de estas intervenciones con el mar al fondo. Las esculturas de madera, en unos casos cortos tacos verticales semejantes a los existentes en la playa, y en otros horizontales que conectan formalmente con el dintel de hormigón de la salida del desagüe hacia el mar, funcionan siempre como objetos independientes, de una fuerza casi primitiva.

© Enrique Castaños Alés

Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 20 de mayo de 2005