El neorrealismo de Patellani

Fotografía. Federico Patellani.

Centro de Exposiciones de Benalmádena. Avenida de Antonio Machado, 33. Hasta el 8 de diciembre de 2002.

Probablemente el rasgo más característico de la obra fotográfica de Federico Patellani (Monza, 1911 – Milán, 1977), y sin duda el que permite antes que ningún otro vincularla a la estética y al espíritu del movimiento neorrealista italiano, sea la fidelidad con que su cámara captura los acontecimientos de la realidad, su vocación de cronista fidedigno de un tiempo histórico concreto, de lúcido y atento observador del comportamiento de sus conciudadanos, de las costumbres y los usos sociales de una de las épocas más controvertidas, fecundas y esperanzadoras de la historia italiana contemporánea, la de la posguerra hasta los primeros años cincuenta.

La mirada de Patellani, que ya era por entonces uno de los más conocidos y valorados fotógrafos de su país, empieza a dar elevadas muestras de esas raras y preciosas cualidades precisamente a raíz del encargo que en 1947 le hace la revista Tempo de cubrir la segunda edición del concurso de belleza Miss Italia, contenido central de esta exposición. Aquí están maravillosamente atesoradas las ilusiones y los anhelos, las inquietudes y las ansiedades de una generación de muchachas italianas que aspiraban a salir del anonimato y de la miseria, recogidas no sólo con una soberbia y contrastada iluminación, sino con unos encuadres y una disposición compositiva de una sorprendente eficacia cinematográfica. Las particulares condiciones de la realidad histórica y de la vida política italianas explica que en fecha tan temprana y en un país con una influencia tan enorme de la Iglesia católica, sin embargo, pudieran verse jóvenes tan ligeras de ropa, algo a la sazón inconcebible en la España de Franco.

Algunas de esas muchachas acabaron trabajando en los estudios de Cinecittà y conocieron la fama y la prosperidad económica. Entre ellas destacan Sofía Loren, Lucía Bosé, Silvana Mangano y Gina Lollobrigida, captadas en su ambiente doméstico familiar con increíble veracidad por el objetivo del fotógrafo. Junto a ellas, también merece una consideración especial el conjunto de imágenes en que aparecen algunos de los más grandes realizadores neorrealistas italianos, así como las instantáneas del rodaje de películas que están en la cima del cine europeo, sobre todo las que corresponden a Stromboli, terra di Dio, como esa en la que el bellísimo rostro y el cuerpo de Ingrid Bergman, vértice luminoso de una triangular masa negra, se recortan sobre un fondo de roca de aquella fascinante isla volcánica.

© Enrique Castaños Alés

Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 25 de noviembre de 2002