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La guerra como recuerdo y simulacro Fotografía, vídeo y objetos. Iván Pérez. Galería Javier Marín. Málaga. C/ Duquesa de Parcent, 12. Hasta el 26 de mayo de 2007. La tercera exposición de Iván Pérez (Tineo, Asturias, 1973) en este espacio privado se centra en uno de los fenómenos más controvertidos del mundo actual, al menos en buena parte de la Europa comunitaria, pues goza de buena salud en otros lugares del mundo, donde apenas se la cuestiona: el fenómeno de la guerra. Pero Iván Pérez, más que detenerse en los efectos de la guerra, en su espectáculo en tiempo real, en su presencia física entre la población civil, ha preferido en esta ocasión reflexionar sobre el recuerdo de la guerra, sobre la nostalgia o el rechazo que provoca en quienes la han protagonizado o quienes la han padecido, esto es, en la guerra como una estación de la memoria personal. Para ello ha visitado y fotografiado, encuadrando con su cámara ángulos de visión y planos insólitos, de profunda originalidad, algunos de los más importantes museos de la guerra desperdigados por Europa, especialmente en Holanda, Bélgica y Londres, unos países en los que las dos pasadas guerras mundiales han dejado una concepción de ella que difiere claramente de la que, por poner un ejemplo, podamos tener nosotros los españoles, que nos mantuvimos neutrales en ambas conflagraciones. Iván Pérez no se acerca a la guerra con una actitud corrosiva y desmitificadora en el sentido neodadaísta de Ed Kienholz en su célebre Portable memorial de 1968, sino que atiende en ella lo que ofrece de escenográfico, su componente de simulacro, su virtualidad, su capacidad, a través de las salas de un museo, para despertar la sensibilidad del visitante, aceptándola o rechazándola. Los pocos espectadores que suelen acudir a estos lugares suelen ser veteranos, o personas a las que la guerra les ha modificado, en un sentido o en otro, sus vidas, o niños acompañados de sus padres, para ver artefactos y máquinas. La guerra, pues, como producto de consumo, en cierto modo «envasada», con destino a una población que no puede borrarla de su biografía.
© Enrique Castaños Alés Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 27 de abril de 2007
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