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Revisión crítica de los sistemas de educación Instalación. Iván Pérez. Garantía social. Galería Javier Marín. Málaga. C/ Duquesa de Parcent, 12. Hasta el 30 de enero de 2010. Si ya en una muestra anterior en este mismo espacio, Iván Pérez (Tineo, Asturias, 1973) se había ocupado críticamente de ciertos aspectos locales y cotidianos de la existencia afectados por la extensión del Poder, o bien en otra posterior reflexionaba sobre la guerra como fenómeno mediático e incluso como objeto de entretenimiento, a partir de la reinterpretación del contenido de destacados museos militares en Europa occidental, introduciéndose en esas exposiciones cada vez más en el uso de la fotografía y del vídeo, con el consiguiente abandono de aquellas referencias al aspecto gestual del Expresionismo Abstracto y a cierta iconografía del Pop que veíamos en 2002 en unas piezas que calificamos de «pintura reciclada», ahora de nuevo continúa esa exploración crítica sobre determinados usos y comportamientos sociales, en este caso la educación y el aprendizaje escolar, y lo hace volviendo en cierto modo a recuperar la plasticidad de los materiales, aunque sin renunciar completamente al empleo de las nuevas tecnologías. La selección de los materiales en la actual muestra es determinante para alcanzar el efecto buscado. En una compleja instalación como ésta, compuesta de varias piezas concatenadas entre sí, el hecho de que se haya procedido a utilizar material escolar reciclado para referirse al proceso de aprendizaje, sirve para dotar aquélla de una coherencia y una eficacia notables. A Iván Pérez le interesa analizar la transmisión de ciertos contenidos en el aula, pero también llamar la atención sobre el abultado fracaso escolar de los alumnos españoles de hoy día, entre los que se ha instalado un nuevo tipo de analfabetismo, mucho más sofisticado y difícil de erradicar, precisamente por su inextricable unión con las nuevas herramientas de la información y de la comunicación, que generan un espejismo de saber, una satisfacción vacía que casi se limita al manejo instrumental de las herramientas, pero que no incide en el desarrollo de un auténtico conocimiento, en buena medida por convertir aquellas herramientas en fines en sí mismos o en objetos de un nuevo culto supersticioso. Resulta relevante, a este propósito, el aspecto tosco, rudo y primitivo del mobiliario escolar reutilizado por Iván Pérez, con esas incisiones tan laboriosas en los tableros, de una plasticidad «underground», marginal, clandestina, que recrea con gran habilidad los entretenimientos del alumnado. Y de ahí que en esas incisiones abunde la iconografía belicista: aviones de combate, guerreros, soldados de infantería. De cualquier modo, también está presente la nota irónica, especialmente perceptible en Panhandler, una máquina automatizada, elaborada de manera rudimentaria con un tablero de silla escolar y un vaso de Burger King, que supuestamente sirve para que un mendigo pida limosna. A lo mejor se trata de un hipotético mendigo víctima del fracaso escolar. Otra de las piezas más impactantes es «Garantía social», hecha con estructuras de mesas y sillas escolares unidas, en cuyas patas el artista ha ensartado latas vacías de cerveza, con lo que hace una alusión al fenómeno del botellón. El vídeo que completa la muestra es quizás lo más valioso de la misma, pues incide en el poder de la educación, que se ilustra a través de una niña que quiere aprender a hacer volar un halcón, tal como se lo enseña el cetrero. Pero para hacerlo correctamente, hay que tener el brazo y la mano protegidos; de lo contrario podemos sufrir daño. Igualmente la educación, que debe sustentarse en principios sólidos.
© Enrique Castaños Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 23 de enero de 2010
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