Ensoñaciones del alma

Pintura y escultura. Palmira Abelló - Hamilton Reed Armstrong.

Centro de Exposiciones de Benalmádena. Avenida Antonio Machado, 33. Hasta el 4 de junio de 2006.

La obra de Palmira Abelló (Madrid, 1934), orientada básicamente hacia los retratos y las flores, es una pintura sosegada y tranquila, aunque al mismo tiempo exponente de una intensa vida interior, ensoñadora y poética, de técnica depurada y exquisita, culta y plena de Hamilton Reed Armstrong. Solomon Ibn Gabirol (detalle). 1967. Jardín de la Judería, calle Alcazabilla, Málaga.madurez y de sabiduría formal, con evocaciones que se remontan hasta el retrato en la época del Renacimiento y llegan al romanticismo, el impresionismo y el simbolismo. Realizadas siempre con pintura acrílica, las figuras femeninas de sus retratos, ensimismadas y con la mirada fija en un punto indeterminado, están construidas a base de gestos y de manchas, sin preocuparse aparentemente del dibujo, pero sustentadas en una sólida estructura que transmite la imagen misma inmersa en una atmósfera de iridiscentes transparencias y suaves transiciones tonales. Perfectamente armonizada, la gama cromática de estas aristocráticas, elegantes y poéticas composiciones es abundante en verdes, tierras, negros, azules y amarillos. Algunas de sus mujeres, como Veronesa, tienen algo espectral y lejano, algo así como apariciones venidas de un tiempo muy remoto y de regiones desconocidas y misteriosas. Extraordinario el ambiente espacial en el que surge esta figura, de ojos hundidos como cavernas profundamente oscuras. Otras veces, como en Tadmoor II, son las delicadas texturas terrosas de la piel, de las mejillas y del cuello, las que atrapan al espectador, fascinado ante tan distante acumulación de elementos poéticos. Pero quizá sea en Marieta donde la soltura y espontaneidad de la pincelada, así como la evanescencia de las formas, alcancen sus más altas cimas, inundadas de fragilidad y de misterio.

Por su parte, Hamilton Reed Armstrong (Greenwich, Connecticut, 1937) es un antiguo conocido en el campo de la escultura en Málaga y en toda la Costa del Sol, al que sin duda no se le ha tributado el homenaje que merece su obra, empezando por su pieza más emblemática, la estatua del poeta y filósofo hebraicoespañol Solomon Ibn Gabirol, nacido en Málaga hacia 1020 y muerto en Valencia en 1050 o 1058, realizada en 1967 y colocada en los jardincillos de la judería en la calle Alcazabilla de Málaga, y de la que aquí se muestra otra versión del mismo año a escala mucho más reducida. La doctrina de Ibn Gabirol, recogida sobre todo en la Fuente de la vida, y cuya clave es la teoría de una materia, substrato común de lo corporal y de lo espiritual, y de una forma, está maravillosamente transmitida en la escultura de Armstrong, tan estilizada y, simultáneamente, tan capaz de fusionar el alma y la materia. Toda la obra del escultor estadounidense, basada en el modelado del barro, está transida de una honda religiosidad. En sus retratos de cabezas femeninas advertimos la huella de las manos del autor, quien ha modelado la materia para darle esa forma intensa y llena de vida que demanda el espíritu.

 

© Enrique Castaños Alés

Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 5 de mayo de 2006