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Signos y símbolos Grabado. Alicia Díaz Rinaldi. Taller Gravura. Málaga. C/ Coronel, 3. Hasta el 31 de julio de 2003. Deudora
tanto del vocabulario clásico como del de la contemporaneidad, del lenguaje de
la vanguardia histórica como del de la neovanguardia y el de la posmodernidad,
la obra de la experimentada grabadora Alicia Díaz Rinaldi (Buenos Aires, 1944)
ofrece como rasgos propios, además de un excelente dominio técnico del medio,
una afinidad estético-intelectual con una concepción dual del cosmos, un hondo
interés en los signos primigenios de las civilizaciones, en el vocabulario
arquitectónico y en la traducción simbólica de los elementos artísticos, y
una fina ironía, o, mejor aún, una sutil
capacidad de crítica política. En esta individual, en la que expone
una veintena de piezas realizadas en el último lustro, se distinguen claramente
tres tipos de obras. En primer lugar, unos grandes grabados (1998) en los que
usa la técnica del aguafuerte y del fotograbado, procedimiento este segundo en
el que es una consumada experta, desde la preparación del boceto u original a
transferir, hasta la preparación de la plancha, con la fijación del fotopolímero,
la insolación y el revelado, el entintado posterior y la impresión propiamente
dicha. Los elementos arquitectónicos que aparecen corresponden a los planos
originales de la ampliación de la Casa Rosada de Buenos Aires llevada a cabo en
1883 por el arquitecto italiano Francisco Tamburini, cuya disposición en forma
de mandala con un espacio cuadrangular o poligonal en el centro, donde se sitúan
grabados de animales, principalmente reptiles, extraídos de la Enciclopedia
de Diderot y D’Alembert, es de una compleja significación simbólica, tanto
de carácter geométrico-platónico, como de carácter político. En segundo lugar, otros grabados (2001) de técnica y dimensiones similares a los anteriores, pero en los que, a pesar de seguir manteniendo su preocupación por la disposición simétrica de las composiciones, ahora los elementos arquitectónicos se reducen a plantas de edificios alteradas y manipuladas dispuestas sobre un fondo que con su microcosmos de signos inventados y de procedencia prehistórica, revela la inclinación de Rinaldi por la actualización del pasado. En tercer término, unas piezas más pequeñas (2003), de vocabulario y sintaxis a caballo entre la abstracción y la posmodernidad, y donde usa también la técnica del collagraph, de la que fue introductora en Argentina en 1985.
© Enrique Castaños Alés Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 14 de julio de 2003
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