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Susurro de materia poética Grabado. Miguel Rodríguez-Acosta Carlström. Museo del Grabado Español Contemporáneo. C/ Hospital Bazán, s/n. Marbella. Hasta el 17 de enero de 1999. Las retrospectivas de obra gráfica de destacados artistas españoles
contemporáneos que, desde su creación, viene organizando con un cuidado y
rigor ejemplares el Museo de Marbella, constituyen sin duda una de las
actuaciones más dignas de encomio en pos del conocimiento y difusión de las
artes plásticas que se emprenden cada temporada en la provincia de Málaga.
Continuando con su costumbre de mostrar una exhaustiva antológica del artista
beneficiado con el Premio Nacional de Grabado que anualmente convoca la referida
institución, se exhiben ahora medio centenar de piezas, la mitad de su producción
completa, del refinado pintor granadino Miguel Rodríguez-Acosta, nacido en 1927
y, desde 1976, año en que inicia su estilo actual, uno de los exponentes más
sensibles de la abstracción lírica en nuestro país. Preciso
reflejo de la sosegada evolución acaecida en sus lienzos, la obra gráfica de
Rodríguez-Acosta asiste durante la primera mitad del decenio de los setenta a
la postrera presencia de aquella temática paisajística y de figuración
postcubista que había caracterizado su producción desde los cincuenta. A
partir de la fecha señalada, influido por los lenguajes del informalismo
europeo y de la Escuela de Nueva York, los grabados, de una excelente calidad de
estampación y en los que preponderan las técnicas de la aguatinta, el
aguafuerte y el carborundum, se reducen a unos pocos elementos esenciales: líneas
y tramas previamente incisas sobre la plancha, masas cromáticas de forma
irregular que conviven próximas o se interpenetran, rugosas texturas a través
de las que el papel se expresa en su desnudez matérica. Lo que ahora se recrea
es sólo una visión plenamente interior del paisaje, remembranza íntima de
fragmentos de la naturaleza amorosamente guardados en la memoria personal y que,
por ello mismo, como ha sugerido Simón Marchán, dejan de ser representación
del paisaje para transmutarse en pura espacialidad, límpida atmósfera donde
gozan y se reconocen los sentidos. ©Enrique Castaños Alés Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 27 de diciembre de 1998
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