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Paisaje en gris Pintura. Carlos Serra. Mhalaga Málaga. Sala Unicaja. Málaga. C/ Dr. Pérez Bryan, 3. Hasta el 29 de junio de 2007. Con una técnica de pincelada pastosa, selecto uso de la espátula y predominio del gris, Carlos Serra (Málaga, 1963) nos ofrece en esta amplia muestra de obra reciente su visión de la ciudad que le ha visto nacer, acotando los motivos con un encuadre a veces claramente fotográfico, y otras con una influencia del concepto de lo «pintoresco» que parece remitirse a la teoría estética inglesa del siglo XVIII. Más que a la cualidad en sí de lo pictórico, es decir, todo lo que se refiere al color, la luz y la sombra por oposición a la línea y el dibujo, Carlos Serra recoge del término «pintoresco» aquel sentido que le otorgaron Shaftesbury, Addison y Burke de «lo que merece la pena de ser pintado», trátese de un objeto, de una visión o de una perspectiva de la naturaleza. Los ámbitos de la naturaleza y el arte parecen, pues, reunirse en esta nueva categoría estética, surgida al tiempo que lo hacía la de lo «sublime», mucho más emparentada con la sensibilidad romántica. Carlos Serra se detiene en los lugares emblemáticos de una ciudad que se remonta a los fenicios, extrayendo de ellos una belleza en la que la geografía está unida a la historia y a la naturaleza. En ocasiones convierte el tema en un lugar intemporal e impreciso, que lo mismo podría pertenecer a un país lejano y exótico, como ocurre con una preciosa vista de la playa de los Baños del Carmen, con su arquitectura semiabandonada y medio ruinosa cobijada bajo las enormes ramas de los eucaliptos, lugar propio para la ensoñación y para la nostalgia, para abandonarse a la poesía y los recuerdos, para imaginar aventuras marinas como las de Homero. Uno de los aciertos de la exposición es, precisamente, haber incluido en las cartelas identificativas poemas y textos históricos antiguos y contemporáneos relacionados con Málaga, en los que se cantan sus bellezas naturales y se ponderan sus orígenes y situación geográfica. En otros casos el motivo es exclusivamente pintoresco, un rincón cargado de resonancias poéticas y pictóricas, como, por ejemplo, la fuente de Reding, titulada aquí El abrevadero, uno de los lugares más encantadores de Málaga, apacible y umbroso, entre la ciudad, el mar y el monte cercano, vestigio de una época definitivamente desaparecida, pero todavía aquí mantenida milagrosamente con vida. La Málaga de Carlos Serra, frente a lo que algunos podrían pensar, no tiene nada que ver con un localismo reductor, sino que se abre a anchos horizontes estéticos y espirituales, hablándonos de una ciudad cosmopolita, hermosa y preñada de historia. © Enrique Castaños Alés Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 29 de junio de 2007
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