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La aspiración a la obra de arte total Pintura, dibujo y vídeo. José Luis Serzo. The Welcome II. El regreso de la maravilla. Galería Javier Marín. Málaga. C/ Duquesa de Parcent, 12. Hasta el 22 de mayo de 2009. El concepto de obra de arte total al que aspira la producción plástica de José Luis Serzo (Albacete, 1977), difiere radicalmente de la aspiración del alma romántica. En la Carta XXII de La educación estética del hombre, Federico Schiller dice que «es consecuencia necesaria y natural» de las distintas artes, de la poesía, la escultura y la música, que, conforme van ascendiendo en grado, «vayan haciéndose más semejantes en sus efectos sobre el espíritu», de tal modo que «la perfección del estilo en cada arte…consiste en saber borrar las limitaciones específicas, sin suprimir las cualidades específicas», es decir, «imprimir a la obra un sentido universal». Esta Gesamtkunstwerk u «obra de arte total», aspiración asimismo de Novalis, es la que inspira el célebre aforismo según el cual «la arquitectura es música congelada», que se percibe en los maravillosos grabados de Philipp Otto Runge que Goethe puso en relación con la música de Beethoven. A José Luis Serzo no le interesa esa sinestesia que, en el fondo, está anunciando una estética expresivista, sino que lo que pretende es que sus historias se vertebren mediante la convivencia de las distintas artes y técnicas, especialmente la pintura, escultura, dibujo, instalación, escritura, fotografía y vídeo. Cada una de esas técnicas se empleará cuando sea necesario, esto es, en función de su eficacia y rentabilidad a fin de conseguir los efectos deseados. La imaginación, la ironía y un cierto espíritu burlón están detrás de las obras de Serzo, casi todas de pequeño formato, pero en las que se concede mucha importancia al detalle. Además, suelen estar atravesadas de múltiples referencias a la historia del arte y a la historia de la cultura en general, desde la literatura a la tecnología y la ciencia. Pero hay en ellas, como decimos, cierto trasfondo neodadaísta, que a veces evoca la obra del artista malagueño Nono Bandera. Aunque en Serzo no hay irreverencia ni desacralización. Los paisajes románticos de los cuadros de Friedrich, el paisaje y los cielos nublados de Irlanda, Serzo los convierte en anuncios de su propia fantasía, de su propio mundo personal, donde la realidad se mezcla con la fábula y con el sueño. Otro artista al que evocan sus trabajos es Dis Berlin. En algunos casos deja constancia de su conocimiento de la literatura esotérica, por ejemplo de los rosacruces, como se advierte en El gigante rojo de las montañas, un pequeño lienzo en el que la clave está en el rótulo que lo preside: «Como es arriba es abajo», es decir, el orden armónico de las esferas celestes impregna misteriosamente nuestro mundo terrenal. Lo ilógico, lo sorpresivo y lo maravilloso, en el sentido surrealista de Breton, son los rasgos que parecen deducirse, por su parte, de una pieza tan irónica como Instante decisivo en la vida del señor Santiago Talavera, donde tampoco faltan las alusiones a Magritte.
© Enrique Castaños Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 8 de mayo de 2009
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