La deferencia por el lugar

Didáctica muestra sobre la intervención efectuada por el arquitecto portugués Alvaro Siza en el barrio de La Malagueira de Évora.

Arquitectura. Alvaro Siza.

Colegio de Arquitectos de Málaga. Paseo de las Palmeras del Limonar, s/n. Hasta el 30 de enero de 1998.

Destacado a la vez que precoz y genuino representante de la llamada Escuela de Oporto, a cuyo frente se encuentra su maestro Fernando Távora, el arquitecto Alvaro Siza Vieira (Matosinhos, 1933) es desde hace bastantes años no sólo el máximo exponente de la disciplina en Portugal, sino una de las voces más personales y prestigiosas de la arquitectura en todo el mundo. Reconocida con las más altas distinciones   —entre ellas el premio Pritzker, el europeo de la Fundación Mies van der Rohe y la Medalla de Oro de la Fundación Alvar Aalto—, la obra de Siza Vieira   —bien se trate de su temprana piscina en la Quinta de Concieção Matosinhos (1958-65), el edificio del Banco Pinto & Sotomayor (1971-74) en Oliveira de Azemeis, la casa Beires (1973-76) en Povoa do Varzim, la casa de Avelino Duarte (1981-85) en Ovar, el Banco Borges & Irmão (1982) en Villa do Conde, el bloque de viviendas de Schlesisches Tor en Berlín (cuyas inacabables ventanas aparecieron de improviso coronadas con una inscripción que decía Bonjour tristesse, muestra manifiesta del desagrado de sus ocupantes), o la Facultad de Arquitectura de Oporto (1988-91) a orillas del Duero—   ha sido incluida por el autorizado crítico Kenneth Frampton en el apartado del Regionalismo Crítico, entendido más «como una categoría crítica orientada hacia ciertas características comunes que como un estilo concreto», y en ella advertimos sutiles referencias al organicismo nórdico de Aalto y Utzon, al racionalismo holandés de Oud, al neorracionalismo italiano, al expresionismo alemán de Scharoun y Mendelsohn, a los principios de la Neue Sachlichkeit, a Le Corbusier y a Wright, aunque lo que de verdad la diferencia de la del resto de sus contemporáneos es un profundo respeto por el lugar (en el más amplio sentido del término: topografía, paisaje natural y urbano, cultura) en el que se ejecuta el proyecto, alcanzando siempre una armónica convivencia entre los materiales locales, el trabajo artesano y la luz del entorno y las técnicas y formas propias de la arquitectura moderna.

La producción de Alvaro Siza, según el citado estudioso de una dimensión «táctil y tectónica más que gráfica y visual» (de hecho casi siempre ha sido deficientemente fotografiada), huidiza respecto de soluciones altamente industrializadas, concentróse a mediados de los setenta, en el clima efervescente del Portugal posrevolucionario, en una serie de conjuntos habitacionales de carácter social inicialmente promovidos por el Serviço Apoio Ambulatorio Local, entre los que este barrio de la Malagueira, respaldado por el Gabinete de Apoyo Técnico de Évora, es sin duda uno de los más cualificados ejemplos. En él merece la pena subrayar   —además de la construcción general de acuerdo con la topografía del lugar, resultado de una mirada respetuosa e inimitable, la relación visual con la ciudad antigua y la peculiar elevación de la conduta (especie de infraestructura territorial de servicio)—   la flexibilidad que poseen las viviendas (dos plantas y azotea) de transformarse aumentando o disminuyendo el número de habitaciones, gracias a la singular concepción de tipo evolutivo del patio interior.

©Enrique Castaños Alés

Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 24 de enero de 1998