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Travesía por la escultura contemporánea Escultura. Sombra y volumen. Una colección de escultura contemporánea. Palacio Episcopal. Málaga. Plaza del Obispo, s/n. Hasta el 31 de agosto de 1998. A
semejanza de otras ciudades con una nutrida afluencia de visitantes durante los
meses de verano, muchos de ellos interesados en disfrutar de una variada oferta
cultural de calidad, los responsables de los más destacados espacios
expositivos públicos y privados de Málaga parecen afortunadamente haberse
convencido de las indudables ventajas, tanto para el prestigio de la institución
organizadora en unos casos como para la captación de potenciales clientes en la
circunstancia de las salas privadas, que supone extender la programación a la
época estival, concluyendo de este modo la temporada anual con un merecido
descanso en las primeras semanas de septiembre. Es así que, hasta finales de
agosto, cualquier aficionado podrá contemplar en nuestra ciudad, entre otras,
las colectivas compuestas de fondos propios de las galerías Alfredo Viñas y
Marín Galy, un estupendo conjunto de obra gráfica de Picasso en la Fundación
municipal homónima, una rigurosa selección de los fondos de arte contemporáneo
de la Diputación en la recién inaugurada sala Alameda y, cual deslumbrante
broche de la temporada, la muestra objeto de este comentario, un magnífico
recorrido por casi noventa años de escultura contemporánea en el Palacio
Episcopal, comisariada por Marisa Oropesa y que ha contado con el patrocinio de
Unicaja y la colaboración de la Junta de Andalucía. Pertenecientes
a un conocido guionista cinematográfico que prefiere mantener el anonimato, las
51 piezas exhibidas
—y que han sido objeto, justo es subrayarlo, de un excelente montaje
debido al pintor Alfonso Serrano, quien, además de en las habituales salas, ha
dispuesto algunas esculturas en el patio y escalera principal de este espléndido
palacio eclesiástico barroco, en beneficio siempre del protagonismo y de la más
adecuada contemplación estética de las obras—
atraviesan, si exceptuamos el conceptual, el povera
y pocos más, los
estilos y tendencias más representativos de la vanguardia histórica y la
neovanguardia, con autores tan relevantes en el campo de las tres dimensiones
como los de Picasso (no me resisto a mencionar la deliciosa figurita femenina de
aire africano que lo representa, de pasmosa y desinhibida ejecución), Manolo
Hugué, Gargallo, Julio González, Miró, Lipchitz, Baltasar Lobo, Oteiza,
Palazuelo (con una pieza de acero de limpia, exacta y fría geometría), Anthony
Caro, Chadwick, Susana Solano, Martín Chirino, Pablo Serrano, Alfaro, Sempere,
Sergi Aguilar (a mi juicio, con uno de los mejores ejemplos de la muestra),
Berrocal, Torner, Amadeo Gabino y Julio López Hernández, aunque también deben
señalarse los nombres de Gerardo Rueda, José Luis Sánchez, Allen Jones,
Antonio López García, Canogar, Arroyo, Farreras y un largo etcétera, la
inmensa mayoría con obras que definen con bastante fidelidad su lenguaje más
depurado y característico. En suma, una oportunidad única para reencontrarse
con una parcela esencial de la actividad plástica que, por desgracia, al menos
en Málaga, no está aún suficientemente atendida. ©Enrique Castaños Alés Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 3 de agosto de 1998
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