El espacio mental de Antonio Yesa

Escultura. Antonio Yesa.

Centro de Arte Contemporáneo. Málaga. C/ Alemania, s/n. Hasta el 30 de abril de 2006.

Situada desde hace tiempo simultáneamente en el ámbito de la cultura, con su particular preocupación por lo científico y lo filosófico, y en el espacio de la naturaleza, donde atiende tanto al ciclo de la vida como a la dimensión intemporal de las manifestaciones del Antonio Yesa. "Esconder la huella", 1997. Pigmento metálico sobre hierro. 65 x 35 x 30 cm.universo, la escultura de Antonio Yesa (Arcos de la Frontera, Cádiz, 1952) ofrece una coexistencia de ideas, percepciones y sensaciones que se generan a partir de una amplia variedad de elementos conceptuales, materiales, espaciales, morfológicos y técnicos. En lo que se refiere a los materiales, trabaja principalmente con el hierro pigmentado y con el acero inoxidable, manipulándolos, moldeándolos y relacionando entre sí las diferentes partes con un gran dominio técnico y acabado virtuosismo. Las calidades y texturas de las superficies de acero inoxidable, con matizaciones pictóricas y plásticas que se derivan de la incidencia o del reflejo de la luz, así como las diferencias de pulimentado entre unas zonas y otras, inciden directamente en la apariencia del material y en aspectos relacionados con la psicología de la forma.

Inclinado preferentemente hacia los trabajos constructivos que se enmarcan en el mencionado polo de la cultura, Antonio Yesa investiga con la forma geométrico-racional, con el plano y con las propuestas arquitectónicas que hunden sus raíces en las vanguardias constructivo-geométricas, aunque, al mismo tiempo, introduce un sutil elemento proveniente y metáfora de la naturaleza, como una alargada rama de árbol, que se desliza por entre el marco racional del espacio, contraponiendo dos maneras distintas de acceder a la región espiritual de la obra de arte. En estas esculturas, cuya poética apariencia minimalista a un tiempo frágil y transparente convive sin embargo con una sólida y rotunda vocación monumental, late siempre un renovado espíritu investigador por la forma tridimensional interpenetrable, atravesada y horadada por huecos y vacíos en permanente relación dialéctica con el espacio que la circunda.

Junto con la rama de árbol se sitúa el alambre o la varilla metálica, apéndice filamentoso de muchas de estas esculturas con aspecto de diseños ingenieriles que las vincula al espacio y las atraviesa de un temblor y de una serie de vibraciones ópticas que constituyen una especie de sacudida de la materia, mezclando lo normativo con lo biológico, lo irregular y sinuoso con lo ordenado y rectilíneo. Ubicadas en el límite del espacio escultórico, las piezas de Yesa se ven rodeadas de un dibujo aéreo y frágil que las arranca de un estado de pesadez y les otorga una desconocida extensión utópica.

© Enrique Castaños Alés

Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 17 de febrero de 2006